Los restos de la reina Isabel II de Inglaterra llegaron este miércoles al Palacio de Westminster, después de una procesión que recorrió las calles de Londres, entre millones de personas que se apostaron para despedir a la monarca.
Allí permanecerá en capilla ardiente durante cinco días, y se abrirá el paso al público para que puedan acercarse a rendirle honores, a la mujer que dirigió por setenta años al Reino Unido.
La procesión, encabezada por el nuevo rey Carlos III, también contó con la presencia del príncipe Guillermo, y su hermano Enrique, quien no portaba uniforme militar de gala por haber abdicado a la familia real, al igual que su tío, el príncipe Andrés, hermano del rey, quien fue despojado de este beneficio, tras verse envuelto en escándalos sexuales.
Ocho militares fueron los encargados de llevar el féretro de la reina hasta el catafalco púrpura, ubicado en el interior del Westminster Hall, la parte más antigua de la sede del Parlamento Británico.
En este sitio descansarán los restos de Isabel II, cuando sea sepultada finalmente el lunes, con lo que se dará fin al milimétrico protocolo de la Operación Londres, que detalla paso a paso las acciones a realizarse, una vez que falleciera.
Viajes
Mientras los británicos despiden a su reina, el nuevo rey y su esposa consorte, Camilla de Cornualles, viajarán a las otras tres naciones que contemplan el Reino, además de Inglaterra, (Gales, Escocia e Irlanda del Norte) para estar presentes en actos oficiales que rinden tributo a la monarca.
El fallecimiento de la reina Isabel II conmovió al mundo el pasado jueves, después de ser anunciado por el gobierno británico. Su deceso puso fin al reinado más largo de la historia británica, y cambió para siempre el rumbo de la realeza en una nación que -en su mayoría- no conoció a otro líder.
