“De algo hay que morirse” es el argumento más frecuente en las personas alcoholizadas, y aunque es cierto, también lo es que la ingesta excesiva de alcohol, según la ciencia, deteriora progresivamente las capacidades cognitivas, el sistema inmunológico, y hasta disfunción eréctil.
Cada 15 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Alcohol, como parte de una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la finalidad de promover buenos hábitos y reducir la carga de morbilidad asociada al consumo nocivo representado en los diversos tipos de bebidas.
La organización internacional busca centrar sus energías en sensibilizar a los jóvenes para que moderen la práctica de beber alcohol en cualquiera de sus formas, ya que el 13,5% del total de fallecimientos de personas entre los 20 y lo 39 años de edad, son atribuidos a la ingesta desproporcionada de alcohol.
Desde 1963 el alcoholismo fue declarado como una enfermedad que ataca a cualquier persona sin considerar sexo, edad o clase socia, deteriorando a las personas en lo fìsico psicológico y social.
Y sabiendo todo esto, a diferencia del cigarrillo, los pasajeros aún pueden seguir ingiriendo bebidas alcohólicas en los aviones, porque el problema no es el consumo, sino el exceso.
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¿Qué dicen los números?
- Según la OMS, se estima que en el mundo hay 237 millones de hombres y 46 millones de mujeres que padecen trastornos por consumo de alcohol.
- La mayor prevalencia entre hombres y mujeres se registra en la Región de Europa (14,8% y 3,5%) y la Región de las Américas (11,5% y 5,1%).
- Los trastornos por consumo de alcohol son más frecuentes en los países de ingresos altos.
- El consumo de alcohol en las Américas es aproximadamente un 40% superior a la media mundial.
¿Cuáles son los países más consumidores de alcohol en latinoamerica? (según informe especializado sobre alcohol de la OMS)
- 1. Chile: consumo anual per cápita de 9,6 litros.
- 2. Argentina: consumo anual per cápita de 9,3 litros.
- 3. Venezuela: consumo anual per cápita de 8,9 litros.
Después de los tres primeros, se encuentran los siguientes:
Paraguay (8,8 litros), Brasil (8,7), Perú (8,1), Panamá (8), Uruguay (7,6), Ecuador (7,2), México (7,2), República Dominicana (6,9), Colombia (6,2), Bolivia (5,9), Costa Rica (5,4), Cuba (5,2), Nicaragua (5), Honduras (4), Guatemala (3,8) y El Salvador (3,2).
¿Qué recomienda la OMS para reducir su consumo?
Primero hay que saber que el alcohol es una sustancia psicoactiva y química con propiedades que causan dependencia, y deprimen el sistema nervioso central. Es decir, se está hablando de una droga, y para mitigar su consumo nocivo, tienen que intervenir todos los sectores de la sociedad, es por ellos que la OMS recomienda:
– La promulgación de leyes sobre la conducción de vehículos en estado de ebriedad.
– La reducción de la demanda de alcohol mediante mecanismos tributarios y de fijación de precios.
– Concientizar a la sociedad en general sobre los problemas sanitarios y sociales causados por el uso nocivo del alcohol.
– Proporcionar tratamiento accesible y asequible a las personas que padecen trastornos por abuso del alcohol.
Alcohólicos Anónimos
Cuando todos los recursos fallaron y solo queda la culpa pero la voluntad se mantiene incólume, existen alrededor del mundo organizaciones civiles sin fines de lucro, como Alcohólicos Anónimos, capacitadas para brindar apoyo a las personas alcohólicas.
AA se define como una comunidad de personas, que comparten experiencias, fortaleza y esperanza, para resolver un problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.
El único requisito para ser miembro es el deseo de dejar la bebida, y no se pagan derechos de admisión ni cuotas; “nos mantenemos con nuestras propias contribuciones”.
Desafìos
Latinoamérica se ubica en el segundo lugar con la tasa más alta en consumo de alcohol, después de la Región Europea.
Se espera que el consumo de alcohol aumente si no se implementan políticas más efectivas, por lo tanto se debe aprovechar este día para que las autoridades sanitarias promuevan políticas de salud pública, dirigidas a reducir el uso nocivo del alcohol, basándose en objetivos claros y prácticas efectivas.