Por primera vez en el mundo, un diente “muerto” y sin sensibilidad puede “regresar a la vida” a través del implante de células madre que realizan científicos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).
El método consiste en la regeneración de pulpa dental a través del implante de células madre, del tipo estromales mesenquimales, extraídas de la médula ósea de personas sanas.
El líder de la investigación es José Cardier, jefe de la Unidad de Terapia Celular del IVIC -la única en el país suramericano y de las pocas de América Latina- con más de 50 publicaciones en revistas internacionales especializadas.
Cardier recordó que al hacer un tratamiento de conducto se saca la pulpa dental y, cuando la retiran, no hay posibilidad de que se regenere, por eso se pierde la sensibilidad. “El diente queda como un panal de abejas, totalmente vacío y, aunque sirve de soporte, está muerto”.
Para realizar el tratamiento hacen cultivos celulares y las células estromales mesenquimales se multiplican por millones. Entonces, a los pacientes que se han hecho tratamiento de conducto se les abre otra vez el diente, se desinfecta y se colocan las células (luego se cierra el conducto).
“Después se hacen radiografías y exámenes con frío, calor, puntos de electricidad y golpecitos en el diente”, apuntó.
Lo fundamental es que el diente recupere la sensibilidad para que esté “vivo” y así pueda implantarse una corona que no esté sobre un “diente muerto”.
El doctor informó que, aunque parece sencillo, es necesario contar con especialistas en endodoncia, periodoncia y en otras áreas. Es un trabajo multidisciplinario de quienes hacen la investigación básica y los desarrollos para llevarlos al paciente.
Detalló que el descubrimiento fue publicado en la revista Journal of Endodontics, una de las más importantes del área de endodoncia y odontología, como un caso único, –lo que se llama en las revistas internacionales un ‘case report’ o reporte de un caso–, por el impacto que tiene.