El retrato de la Mona Lisa también conocida como La Gioconada es una de las más reconocidas obras de Leonardo Da Vinci. Su intrigante sonrisa, ha sido motivo de análisis y teorías en todas partes del mundo.
Actualmente está expuesta en el Museo del Louvre en París y cada año la visitan millones de personas. Realizada entre 1503 y 1519 esta obra estableció una revolución por las técnicas pictóricas utilizadas.
Expertos forenses aseguran que Da Vinci realizó primero el dibujo y luego aplicó la pintura al óleo. Esta técnica llamada “sfumato” o esfumado, consiste en difuminar el contorno del dibujo y suavizar los colores para crear un juego de sombras que da a la figura un efecto tridimensional.
Uno de los muchos misterios que rodea esta pintura es la verdadera identidad de la “La Gioconda”; al respecto, una de las tesis más aceptadas es que la mujer del cuadro se llamaba Lisa Gherardini, esposa del acaudalado comerciante Francesco Bartolomeo de Giocondo.
Sin embargo, la historiadora del arte de la Universidad de Turín, Carla Glori, presentó una nueva teoría acerca de la verdadera identidad de la Mona Lisa a partir del paisaje que está detrás de ella.
Según su investigación, lo que se presenta al fondo de la Mona Lisa no es la campiña toscana, sino la pequeña localidad de Bobbio, en la provincia de Piacenza al norte de Italia, vista desde el castillo de Malaspina dal Verme.
Glori asegura que estas conclusiones parten del análisis paleontológico del paisaje. Su estudio determinó que el fondo de la pintura tiene muchas concordancias con el valle del Trebbia.
Un argumento que refuerza su tesis es que el pequeño viaducto que Da Vicni pintó a la izquierda de la modelo es el puente jorobado de Bobbio, que salva el cauce del río Trebbia.
Da Vinci vivió una temporada en la provincia de Bobbio bajo el amparo de Galeazzo Sanseverino, según Glori, es en ese momento cuando el artista comenzó a pintar su famoso cuadro utilizó como modelo a la marquesa de Bobbio.
Por lo que la dama de La Gioconda es en realidad Bianca Giovanna Sforza.
Otro argumento que refuerza su tesis es que Sanseverino fue benefactor de Leonardo Da Vinci en esa misma época
