En la mira: se incrementan crímenes contra periodistas

Latinoamérica en la mira de organizaciones (Imagen: CEDOC PERFIL)

Con las manos en la cabeza y llorando de la desesperación, los colegas del periodista haitiano Romelo Vilsaint, mostraban su frustración e incredulidad, al verlo muerto en el estacionamiento de la comisaría de policía en la comuna de Delmas, en la capital Puerto Príncipe, Haití.

Era la tarde del 30 de octubre, hace apenas unos días, cuando los comunicadores sociales protestaban por la detención de Robest Dimanche que trabaja en la radiodifusora local Tele Zenith, y cubría una protesta cuando fue arrestado, en un país caótico, donde el puerto es dominado por bandas delictivas, y los mares custodiados por la guardia costera estadounidense.

De la nada los policías salieron a disparar en contra de los periodistas, e inmediatamente Vilsaint cayó tendido en un charco de sangre, tras recibir un proyectil certero en la cabeza. La policía lamentó la muerte y no dijo nada más… el silencio gritó presente.

Todo esto ocurrió sólo tres días antes del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, que se conmemora cada 2 de noviembre desde el 2013, como iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y que este año se rodea de demasiados números rojos, pocas sentencias y un riesgo que no para de crecer.

Un llamado de alerta

“Poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas es uno de los temas más apremiantes para garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información para cada ciudadano. Entre 2006 y 2020, más de 1200 periodistas fueron asesinados por cumplir con su labor de informar al público. En nueve de cada diez casos los asesinos salen impunes” señala el observatorio de periodistas asesinados de la UNESCO.

Pese a la declaración de este día, la verdad poco es lo que se ha hecho en relación al tema.

Los asesinatos son alarmantes, sin embargo no es la única variable que preocupa dentro del gremio. Las amenazas, secuestros, torturas, y ataques físicos y psicológicos no se pueden dejar de lado.

Y de nuevo las más vulnerables son las mujeres. Un estudio de la UNESCO reveló que el 73% de las encuestadas manifestó haber sido amenazada, intimidada e insultada en línea a raíz de su trabajo, como recoge el informe “The Chilling: Tendencias mundiales de la violencia en línea contra mujeres periodistas”.

Aunque ahora existe una mayor visibilidad de los casos, motivados en el uso e impacto de las redes sociales, y gracias a programas como el “Plan de Acción de la ONU sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad”, como refiere el ente internacional, las injusticias lamentablemente no se han detenido.

Latinoamérica roja

Un informe presentado hace menos de una semana por Jorge Canahuati, presidente saliente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), revela que la libertad de expresión en la región está en riesgo por la impunidad frente a las amenazas, agresiones y asesinatos de los comunicadores sociales y reporteros.

En una entrevista con la agencia EFE, en el marco de la 78 Asamblea General de la SIP, el gremialista consideró que “este es un muy mal momento para la libertad de expresión en América Latina”, donde se “ha retrocedido muchísimo”, situación que -dijo- empeoró aún más en la pandemia.

39 asesinatos a periodistas se registraron en la región en el último año, y entre el 90% y el 95% de los casos no hay culpables, lo que para Canahuati es un claro detonante para que sigan ocurriendo.

Aunque los hechos se han concretado en varios países, el epicentro del terremoto de violencia se centra en México, nación donde se concentran la mayor cantidad de homicidios (y por amplia diferencia).

Para el presidente saliente de la SIP, el gran problema es la violencia política, que -a su juicio- no solo es inmune a la justicia, sino que refuerza las acciones, a través del discurso de los mayores representantes de las naciones: los presidentes.

“La campaña que se ha profundizado en los últimos años de estigmatización de periodistas. De Trump hasta Bolsonaro, Bukele, y no hablemos de López Obrador, que todavía en su programa mañanero tiene una sección para cuestionar a los periodistas en vez de poder, como funcionario público, aclarar o explicar las situaciones que se le reportan” opinó.

Otras personas insisten en que en los carteles de la droga y otras mafias son los que deberían asumir la verdadera responsabilidad, ya que en países como el azteca la mayoría de las balas, secuestros y tortura a periodistas las han asumido los narcotraficantes sin mayores reparos, en lo que parece ser tierra de nadie.

Pero más allá de las culpas, promesas e iniciativas, la impunidad sigue, y lo cierto es que ya no son 39 asesinatos, Romelo Vilsaint es el fatídico número 40, cuya brevísima agonía lo ubicó en el último puesto de la lista… por ahora.

Redacción
Redacciónhttp://lamoscanews.com
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