La crisis política por la que ha transitado Perú en los últimos meses llegó este miércoles a un punto máximo, con la destitución y detención de Pedro Castillo, quien hasta ayer fue el presidente de ese país.
Desde que llegó al gobierno en julio de 2021 gobernó con el Congreso en contra, rodeado de acusaciones de corrupción, sometido a juicios y denuncias de persecución política, entre otras.
En apenas un año y medio reemplazó su cartera de ministros en cinco oportunidades nombrando a un total de 80 ministros en ese lapso.
Tanto Castillo como sus familiares y ministros, protagonizaron interminables escándalos y polémicas, ya fuera por declaraciones desafortunadas, o por denuncias que avanzaron hasta la detención de su cuñada y la fuga de sus sobrinos.
En octubre de este año fue señalado por la Fiscalía de liderar "una organización criminal" para enriquecerse con contratos del Estado y obstruir las investigaciones.
Ante la crisis de gobernabilidad, el presidente denunció que la oposición quería cometer un golpe de Estado, de manera que solicitó y obtuvo la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el país.
Luego de reuniones con líderes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, la OEA convocó a una tregua y a que todos los actores políticos respetaran la democracia. La oposición ignoró el llamado y avanzó con la tercera "vacancia".
Para lograrlo era necesario el voto de dos tercios de los 130 miembros del Congreso, unos 87 parlamentarios, tal y como fue aprobado este miércoles con el respaldo de una holgada mayoría de 101 votos.
Pero antes de enfrentarla y tener que defenderse nuevamente ante el pleno, el presidente optó por disolver el Congreso. Una jugada que lo dejó bastante solo y que llevó a su destitución y posterior detención.
La crisis más allá de Castillo
Aunque se acentuó con Pedro Castillo, la crisis política en Perú no es reciente, comenzó en 2018 con la renuncia del mandatario Pedro Pablo Kuczynski, quien había sido electo en 2016 y optó por renunciar al cargo antes de que el Congreso procediera a realizar una votación para destituirlo.
Kuczynski fue sustituido por Martín Vizcarra, quien fue removido del cargo por el Parlamento en 2020.
Vizcarra, a su vez, fue sustituido por el congresista Manuel Merino, quien renunció al cargo cinco días después de asumir la presidencia. En su lugar, el Congreso juramentó a Francisco Sagasti, quien gobernó el país hasta la elección de Castillo.
El futuro de Perú
Tras la destitución y detención de Pedro Castillo, la hasta ahora vicepresidenta de Perú, Dina Boluarte, asumió como la primera mujer presidenta del país sudamericano.
Sin embargo, la situación no quedó resuelta ahí, lo ocurrido este miércoles es el final de un presidente, no de la crisis de un país.
El presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Morales, dijo que Castillo violó la Constitución y anunció que formulará una denuncia penal en su contra.
Por otra parte, el canciller de México, Marcelo Ebrard, dijo que su país podría recibir a Castillo si éste lo solicita, ya que tienen una política favorable al asilo.
Durante su discurso de investidura, Dina Boluarte hizo un llamado a las fuerzas políticas del país para impulsar el diálogo y el entendimiento.
Mientras Boluarte termina el mandato acordado hasta 2026, el Congreso sigue dividido y, según las encuestas, es tan impopular como Castillo, por lo que el escenario no pinta a su favor.
Por ahora, se sabe que cuenta con el apoyo de organizaciones como la OEA, luego de que su secretario general Luis Almagro se pronunciara.
“Hoy en Perú se alteró el orden constitucional. Transmito a @DinaErcilia nuestro apoyo a la democracia, paz e institucionalidad en Perú y a la imperiosa necesidad de recomponer la senda democrática en el país.
Mis palabras hoy en el Consejo Permanente de la OEA”, dijo en Twitter.