La sequía en la mayoría de los países europeos como consecuencia de las múltiples olas de calor provocó que los caudales de los ríos Rin y Elba llegaran a mínimos históricos. Incluso, dejaron al descubierto las llamadas “piedras del hambre”, rocas en el lecho de estos ríos, que solo son visibles cuando los niveles del agua son extremadamente bajos.
También llamadas “Hungerstein”, son inscripciones talladas en las piedras que se establecieron entre los siglos XV y XIX, cuando los habitantes de las distintas ciudades podían avisar a las generaciones futuras de lo que estaba por venir en caso de que el cauce del río alcanzara cotas tan bajas.
La inscripción más antigua encontrada es la de cuenca del río Elba que data de 1616 que tiene grabada la inscripción en alemán "Wenn du mich siehst, dann weine" que en español se traduce "Si me ves, llora".
También hay inscripciones en otras piedras en la que se pueden leer mensajes como “Quien me vio, lloró. El que me vea, llorará”, “La vida volverá a florecer una vez que esta piedra desaparezca”, “Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de superficial fue el agua en el año 1417".
Con el paso de los años, los mensajes pasaron a convertirse en simples marcas que advertían sobre el nivel del mar y en algunos pueblos y ciudades indican hasta qué punto se han elevado los ríos como consecuencia de las inundaciones.
Para concienciar sobre los terribles efectos del cambio climático y siguiendo la tradición de las piedras del hambre, en 2018 Greenpeace talló una piedra en el lecho del río Elba, con una inscripción que reza: “Si me ves es que la crisis climática ha llegado”.
En los últimos días, en el río Rin se registró una disminución del agua de hasta 36 centímetros en un solo día, por lo que las autoridades plantean un cierre inminente del tráfico fluvial.
