En las últimas semanas, el sur de China se ha visto afectado por las precipitaciones más intensas desde 1961, con lluvias que han provocado inundaciones en más de 50 distritos de la provincia, obligando a más de 400.000 personas a evacuar sus hogares.
El pasado domingo, las autoridades decretaron la primera alerta roja del año por posibles torrentes en las montañas. Las lluvias son consideradas las más intensas de las últimas décadas en el país, y han destruido carreteras, casas, autos y cultivos, elevando las pérdidas económicas a más de 70 millones de dólares.
El pasado martes, el país destinó aproximadamente unos 29,92 millones dólares a los fondos centrales de ayuda para desastres, los cuales serán asignados por el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Gestión de Emergencias para apoyar los esfuerzos de control de inundaciones y ayuda en casos de desastre en las provincias de Fujian, Jiangxi y Hunan, así como en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi.
Las autoridades locales pidieron a los residentes de las comunidades cercanas a ríos y en los vecindarios bajos que se trasladen a terrenos más altos luego que la respuesta de emergencia de control de inundaciones pasara al nivel III -siendo I el más severo-.
El Ministerio de Recursos Hídricos por su parte, continúa enviando grupos de expertos a Guangxi y Guangdong para guiar el trabajo de control por las inundaciones.
En el centro de Guangdong se han suspendido las clases, el trabajo en oficinas y el transporte público por la crecida de las aguas y la amenaza de desprendimientos.
El departamento meteorológico predice que la lluvia continuará durante los próximos días.
