La Cámara Baja del Parlamento de Rusia, la Duma, aprobó esta semana una nueva ley que regula las actividades de los agentes extranjeros en el país; según los primeros análisis respecto al tema, la medida busca endurecer las normas ya establecidas, lo que impacta el trabajo de ONG y medios de comunicación.
El presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, enfatizó durante la discusión de esta norma que "ha habido interferencia a lo largo de la existencia del Imperio Ruso, la Unión Soviética y la Federación Rusa. Sentimos esta interferencia incluso hoy por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros estados europeos. Cada país debe defenderse si piensa en su futuro", sostuvo.
Esta ley sobre agentes extranjeros fue promulgada en el 2012, y permite reconocer como "agente extranjero" a cualquier ONG que haya recibido dinero del exterior y que, desde el punto de vista de las autoridades rusas, esté realizando actividades con fines políticos. La norma estableció que las organizaciones deberán someterse a controles oficiales de sus recursos, su contabilidad, gestión y publicar regularmente la fuente de sus ingresos.
La agencia de noticias Interfax señala que con el nuevo instrumento legal, se prohibirá que los “agentes extranjeros” puedan ejercer la docencia en escuelas y universidades públicas, recibir financiación estatal o realizar inversiones en empresas estratégicas en Rusia, entre otros.
La ley define "influencia extranjera" como el hecho de obtener un apoyo financiero, técnico o de organización, o estar bajo "presión" del extranjero”. Diversas organizaciones de derechos humanos califican esta definición muy laxa, temiendo que cualquier persona pueda ser acusada bajo esos argumentos.
Esta norma debe ser validada por el Senado y luego firmada por el presidente Vladimir Putin y se tiene previsto que entre en vigor este 1 de diciembre.
