En las primeras horas, se reportaban al menos 12 muertos y más de 150 heridos en el Palacio Presidencial en Bagdad después que el influyente líder religioso chií iraquí, Muqtada al Sadr, anunció su retirada definitiva de la política y el cierre de sus oficinas.
La declaración de Al-Sadr, publicada en Twitter, se produjo después de meses de protestas de simpatizantes que respaldaron su llamada a nuevas elecciones y a la disolución del parlamento iraquí.
“Por la presente, anuncio mi retiro final”, dijo al-Sadr.
Agregó que se cerrarán “todas las instituciones” vinculadas a su movimiento sadrista, excepto el mausoleo de su padre, asesinado en 1999, y otras instalaciones patrimoniales.
Recordemos que ya van 10 meses de estancamiento para el llamado a nuevas elecciones generales, el tiempo más largo que Irak ha pasado sin gobierno.
El anuncio fue recibido rápidamente con una escalada de los potenciadores de al-Sadr, que irrumpieron en el palacio presidencial, un edificio ceremonial dentro de la Zona Verde fortificada de edificios gubernamentales de Bagdad.
Las autoridades intentaron contener, sin éxito, la situación decretando un toque de queda en la capital.
Cientos de personas derribaron las barreras de cemento fuera del palacio con cuerdas y rompieron sus puertas. Muchos se precipitaron a los lujosos salones y pasillos de mármol del edificio, un lugar de reunión clave para los jefes de estado iraquíes y los dignatarios extranjeros.
Los partidarios, que se han reunido en una sentada desde finales de julio cerca del parlamento iraquí, también se acercaron a una contraprotesta realizada por los rivales chiítas de al-Sadr.
Los dos bandos se arrojaron piedras el uno al otro.
Los manifestantes también bloquearon la entrada al puerto de Umm Qasr, cerca de la ciudad sureña de Basora, lo que redujo las operaciones en un 50 por ciento, informó Reuters, citando dos fuentes no identificadas.