En el sexo vale todo y hay tantos gustos como personas. Existe -de hecho- un universo de prácticas eróticas que no giran en torno al coito y que representan la fuente de excitación para muchos.
Lo primero para adentrarnos en este universo es tener clara la diferencia entre los términos filia y parafilia.
Una filia es la afición que se siente por una determinada persona o cosa, no enfocándose solamente en la sexualidad o la genitalidad. Es decir que en este caso la atracción puede darse hacia determinadas situaciones u objetos. Por ejemplo, la cinefilia es el término que se utiliza para referirse al interés profundo por el cine.
Cuando se habla de parafilia, se hace referencia sólo al ámbito sexual y en específico a las conductas íntimas en las que el placer se obtiene mediante una actividad diferente a la relación sexual en sí misma, que por algunas razones no son consideradas ‘normales’.
El problema con las definiciones es que encasillan y esta no es la excepción porque ¿quién determina qué es lo normal y qué no lo es en medio de una práctica sexual?
En entrevista para Harpers Bazar, la sexóloga Judith Viudes recordaba -por ejemplo- que hasta hace muy poco tiempo el sexo oral era considerado una parafilia, pero hoy no solo no se trata como tal, sino que se ha incorporado de manera frecuente a las rutinas sexuales de muchas parejas, convirtiéndose casi en un must para el placer.
En general para que una parafilia se considere un trastorno, debe producir malestar, daño o sufrimiento significativo en cualquier ámbito de la vida de la persona en cuestión.
En esa entrevista, Viudes recordaba que "los trastornos parafílicos son fantasías recurrentes e intensas de excitación sexual, pulsiones o comportamientos sexuales angustiosos o incapacitantes y que involucran objetos inanimados, niños o adultos sin consentimiento, ni consenso, ni deseo, o el sufrimiento de uno mismo o de las partes implicadas".
Además de eso, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, debe prolongarse durante al menos 6 meses para ser tratado como tal.
Despeja tu mente de prejuicios para que conozcas algunas de las más curiosas:
– Dacrifilia: se asocia más a los hombres y consiste en la excitación por lágrimas. Puede ocurrir en cualquier contexto, pero lo más común es que un miembro de la pareja provoque el llanto a la otra persona a través del abuso verbal o físico, el cual suele ser consentido.
– Elifilia: hace referencia a la excitación sexual que siente una persona por distintos tejidos, es decir, se puede llegar a tener un orgasmo solo tocando hilados que le parezcan agradables a la persona. En la película española ‘Kiki, el amor se hace’ se habla de esta.
– Somnofilia: las personas que padecen somnofilia sienten la necesidad de mantener relaciones sexuales con una persona que se encuentre en estado somnoliento o totalmente dormida. En casos extremos, es posible que lleguen a utilizar alguna clase de droga o fármaco para inducir el sueño y lograr su deseo.
Como dato curioso, cuando el cuerpo está en fase de sueño REM (Rapid Eye Movement), experimenta tanto erección espontánea del pene como la erección del clítoris, circunstancias que favorecen el acto sexual.
– Harpaxofilia: es la atracción sexual a resultar víctima de un robo.
– Agalmatofilia: es la atracción sexual irrefrenable hacia todo tipo de estatuas, bustos, maniquíes, muñecos u objetos inanimados similares. Fue descrito por primera vez en 1817 por el psicólogo alemán Richard von Krafft-Ebing, quien escribió sobre un jardinero que se enamoró de una estatua de la Venus de Milo e intentó consumar la relación.
– Parcialismo: es la obsesión por una parte del cuerpo en específico que no sean los genitales y aquí entran los fetichismos por pies, axilas, cuello, etc.
– Basoexia: Excitación producida sólo por los besos.
– Amomaxia: excitación al tener relaciones en un carro estacionado.
– Tecnosexualismo: abarca a quienes se excitan con las nuevas tecnologías y suelen tener un alto estándar de vida.
– Misofilia: consiste en la atracción y excitación al oler o entrar en contacto con prendas de ropa sucia, sobre todo cuando se trata de ropa interior y generalmente con algún resto de suciedad semen o flujo vaginal.
– Capnolagnia: es la atracción sexual por la persona fumadora.
– Amokoscisia: parafilia donde una de las personas que componen a la pareja es el dominante de la relación y se siente atraída sexualmente por realizar actividades de sadismo.
– Belonefilia: es la excitación sexual causada por las agujas, la atracción que provoca el hecho de pincharse el cuerpo o el hecho de observar o dar un pinchazo.
– Trullafilia: Excitación sexual por las palas de cavar y otros instrumentos de jardinería
– Ursusagalamatofilia: Este término se aplica a las personas a las que les gusta mantener relaciones íntimas vestidas con disfraces de animales de peluche o peluches.
