El Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se reunirán este lunes en la ciudad de Caracas para iniciar formalmente los diálogos de paz, según confirmó el mandatario Gustavo Petro en una conferencia de prensa.
Al consultarle al jefe de Estado colombiano si ya se contaba con el grupo de negociadores por parte del gobierno de Colombia y si esa era la fecha de inicio, el mandatario respondió “sí, ya está” y “sí, así es”, dejando claro que todo está listo para el inicio del proceso.
Mientras tanto, la Fiscalía colombiana informó en un comunicado publicado a través de la red social Twitter este 15 de noviembre, que “reconoce a Nicolás Rodríguez, Pablo Beltrán, Consuelo Tapias, entre otras 11 personas; como representantes autorizados del Ejército de Liberación Nacional para participar en la Mesa de Diálogo que reanudará el Gobierno nacional con esa organización en Caracas, Venezuela”.
El pasado 4 de octubre, representantes del gobierno colombiano y el grupo guerrillero suscribieron en Caracas un acuerdo para reinstalar la mesa de conversaciones, acompañados por la Iglesia Católica. Las partes retomarían las mesas de negociación instaladas en 2016, pero en esta oportunidad con la presencia de una misión de verificación de la ONU.
Poco después de llegar al poder en el mes de septiembre, el mandatario colombiano Gustavo Petro solicitó a su homólogo Nicolás Maduro, ser garante en el proceso de paz con el ELN, tarea con la que Maduro se comprometió indicando que “Venezuela acepta el carácter de garante con el ELN. Pondremos nuestra mejor voluntad en nombre de Dios padre todopoderoso”.
La administración de Nicolás Maduro fue garante en un proceso de paz anterior que marcaba la primera fase de las conversaciones con el ELN en 2016. En aquella oportunidad participaron como mediadores y observadores países como Cuba, Noruega, Chile, Brasil y Ecuador.
Sin embargo, el expresidente colombiano Iván Duque, suspendió en el 2019 estos diálogos luego de un atentado terrorista ejecutado en la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá, la cual dejó 21 muertos -incluido el atacante- y 68 heridos.
A partir de ese momento, el Gobierno colombiano emitió diversas órdenes de capturas contra los voceros de los negociadores de paz del ELN por el atentado, solicitando a Cuba -que en ese momento era sede de los diálogos- que hiciera efectivas estas detenciones.
Debido al encuentro a realizarse en Caracas, las órdenes fueron suspendidas por la Fiscalía Colombiana, para allanar el camino de las negociaciones.