Este lunes 19 de septiembre, once días después del fallecimiento de la Reina Isabel II, con cientos de dirigentes extranjeros y monarcas como invitados especiales concluye el funeral de Estado de la Reina Isabel II, realizado en la abadía de Westminster, Londres, en la que se considera una de las mayores reuniones diplomáticas en décadas.
La muerte de la Reina Isabel II el pasado 8 de septiembre, sumió al país en el luto y en una nueva era totalmente desconocida para muchos, ya que son pocas las personas que aún viven que recuerdan una época anterior a la monarca.
El funeral de Estado de la reina inició a las 11 am de este lunes, siendo el primero en Gran Bretaña desde que Winston Churchill murió en 1965. La operación puente de Londres se ha mantenido en práctica tan pronto como se anunció la muerte de la monarca.
Este día pone fin al velatorio público luego de un período de cuatro días y medio en el que miles de personas hicieron largas filas de hasta más de 24 horas para ver el ataúd de la monarca. Incluso, el pasado sábado, el rey Carlos III y el príncipe Guillermo visitaron a los que hacían la fila para agradecerles sus esfuerzos.
¿Quiénes fueron invitados?
Este funeral es una de las citas diplomáticas más grandes del siglo. Líderes mundiales, políticos, figuras públicas y miembros de la realeza europea, así como más de 50 dignatarios de todo el mundo, llegaron a Londres para presentar sus últimos respetos a la monarca con el reinado más largo.
Algunos de los que asistieron a la Abadía de Westminster fueron el pdte. De EE.UU. Joe Biden, junto a su esposa, Jill Biden, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, los reyes de España, Felipe VI y Letizia, la princesa de Charlene de Mónaco y el príncipe Albert y algunos miembros de la Commonwealth.
La nueva primera ministra, Liz Truss, y quienes han ocupado anteriormente Downing Street: Tony Blair, Boris Johnson, David Cameron, Theresa May, Gordon Brown y John Major.
¿Qué hay encima del ataúd de la reina?
El féretro de la reina fue llevado en procesión desde el Palacio de Westminster hasta la Abadía de Westminster en el carro de guerra de la Marina Real.
El féretro estaba cubierto con el estandarte real y los instrumentos de Estado -La Corona imperial de Estado y las galas- se colocan sobre el mismo, al lado de una corona de flores.
El rey Carlos III hizo una petición de que La Corona contendiera flores y follaje cortados de los jardines del Palacio de Buckingham, Clarence House y Highgrove House.
Además, las flores contaban con una carta que escribió el ahora monarca, en la cual se lee: ‘’En memoria amorosa y devota. Charles R.’’
¿Cómo fue el funeral?
En su llegada a la Abadía de Westminster, un coro cantó mientras el féretro de Isabel II era llevado por el pasillo, seguido del rey Carlos III, los príncipes Andrés y Eduardo y la princesa Ana, acompañados de otros descendientes como los príncipes Guillermo y Harry.
Camila, la reina consorte, Sofía, la condesa de Wessex, Catalina, la princesa de Gales, el príncipe Jorge, la princesa Carlota, Meghan, la duquesa de Sussex, el duque de Kent y el príncipe Miguel de Kent también se unieron a la procesión real detrás del féretro.
Fue el reverendo Dr. David Hoyle MBE, decano de Westminster, quien abrió el servicio fúnebre de la reina. "En el dolor y también en la profunda acción de gracias, venimos a esta Casa de Dios, a un lugar de oración, a una iglesia donde el recuerdo y la esperanza son deberes sagrados", dijo.
Luego de algunos minutos y palabras de agradecimiento a la monarca, el coro cantó un himno el cual fue compuesto por Ralph Vaighan Williams para la coronación de la reina en 1953.
En la Abadía de Westminster y en todo el país podía escucharse el sonido de un alfiler cayendo luego de que se diera inicio un silencio de dos minutos en honor a la reina.
Camino a Windsor
El féretro de la reina fue trasladado de la Abadía a Windsor, atravesando calles repletas de personas en el centro de Londres que desean darle un último adiós a la monarca.
Este servicio fue mucho más íntimo que el anterior, estuvo a cargo del decano de Windsor y se realizó en la Capilla de San Jorge, lugar del funeral del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y muchas bodas reales como la de el duque y la duquesa de Sussex.
El decano de Windsor empezó el servicio funerario con unas emotivas palabras: “Nos hemos reunido para encomendar en las manos de Dios el alma de su sierva, la reina Isabel. Aquí, en la Capilla de San Jorge, donde ella rezaba con tanta frecuencia, estamos obligados a recordar a alguien cuya fe cristiana, sin complicaciones pero profunda, dio tantos frutos", dijo.
Antes del himno final, el joyero de la Corona retiró la corona del Estado Imperial, el orbe y el cetro del ataúd de la reina Isabel. Con la ayuda del capitán de barcazas y los sargentos de armas de la reina, para pasarlos al decano de Windsor para que los ubique en el altar.
Luego, el féretro de la reina fue introducido en la Bóveda Real debajo de la Capilla, lugar en el que muchos miembros de la familia real han sido enterrados.
El gaitero que despertó a Isabel II cada mañana, tocó una última melodía en su funeral, la cual resonó en todo el espacio. Tocó desde la puerta entre la capilla y el claustro del deán, y mientras lo hacía, caminaba lentamente para que la música en la capilla se fuese apagando poco a poco.
