Los productores de cerveza en Alemania están preocupados por las restricciones para acceder al gas ruso, un combustible vital para la industria cervecera alemana, señaló el lunes la federación de cerveceros a DW.
La industria de este rubro se estaba recuperando paulatinamente después de las pérdidas que generaron los efectos de la pandemia por el cierre de restaurantes y la cancelación de grandes eventos.
El aumento de los precios de los combustibles fósiles y de las materias primas, como la cebada, a raíz de la guerra en Ucrania, han impactado el precio final de la cerveza, y por ende, ha reducido las exportaciones, que tuvieron una caída de 19%.
Actualmente es "imposible" sustituir el gas como principal fuente de energía y el alcance del choque energético "aún no puede estimarse. La industria cervecera sigue trabajando en modo crisis", advirtió Holger Eichele, presidente de la Asociación de Cerveceros.
El consumo de cerveza en Alemania ha disminuido, en 2021 alcanzó un total de 8.500 millones de litros, lo que representa un retroceso de 187,7 millones de litros o del 2,2% con respecto a 2020.
Los fabricantes de botellas de vidrio también han manifestado preocupación por el alza de los costos del gas, que afectan la producción de un bien imprescindible para la industria cervecera.
Alemania es el país de la Unión Europea que importa mayor cantidad de gas ruso, con 80,4 millones de metros cúbicos, y en los últimos años había aumentado la dependencia del gas ruso, razón por la que los recortes del suministro generan un mayor impacto por la falta de alternativas.
El gobierno alemán ha tenido que reactivar una de las contaminantes plantas de carbón en Baja Sajonia para garantizar el suministro eléctrico para el invierno.