El ministro británico, Gavin Williamson, anunció su dimisión del nuevo gobierno conservador luego de varias acusaciones de comportamiento inmoral y de mensajes inapropiados enviados a diputados y ex compañeros. Tras publicarse una serie de denuncias de excolaboradores que lo acusan de violencia verbal, amenazas, acoso y abuso, se abren ahora las investigaciones.
“Como saben, hay un proceso de reclamación en curso en relación a los mensajes de texto que envié a una colega” escribió Williamson en una carta dirigida al primer ministro Rishi Sunak y compartida en su cuenta oficial de Twitter.
Además, aseguró que no recibiría ningún tipo de pago de indemnización tras su renuncia. ‘’Esto es dinero de los contribuyentes y, en cambio, debería destinarse a las prioridades del gobierno, como reducir las listas de espera del NHS’’, escribió en su cuenta oficial de Twitter para disipar especulaciones.
Antes de anunciar su dimisión, Williamson comentó que se hicieron otras acusaciones que se están convirtiendo en una distracción para el buen trabajo del gobierno. Entre las incriminaciones se encuentra una serie de mensajes amenazantes que el exministro había enviado, uno de ellos a Wendy Morton, antigua diputada encargada de la disciplina del partido en el parlamento, para quejarse de que no había sido invitado al funeral de la difunta reina Isabel II.
Por su parte, Sunak, entendió la renuncia de Williamson. “Lamento por supuesto haber nombrado a alguien que ha tenido que dimitir en estas circunstancias”, comentó Sunak en el parlamento. “El comportamiento que se le reprocha es sin ninguna duda inaceptable”, enfatizó, además, precisó que desconocía las “preocupaciones” que había provocado Williamson en sus anteriores puestos gubernamentales.
No es primera vez que Williamson sale inesperadamente de algún gabinete, en el mandato de Theresa May, fue despedido por una filtración de documentos, y luego bajo el mandato de Boris Johnson en medio de la pandemia.
Esta sería la primera crisis de gobierno a la que se enfrenta Rishi Sunak a tan solo dos semanas de haber llegado al número 10 de Downing Street. Y a juzgar por la corrida que dió para salir intempestivamente el lunes de la cumbre climática Cop 27, pareciera que hay otros problemas urgentes que resolver.