En la llamada Comisión Pega del Parlamento Europeo, la eurodiputada holandesa Sophie in 't Veld denunció que “los Estados miembros han utilizado software de espionaje contra sus ciudadanos con fines políticos y para encubrir la corrupción y las actividades delictivas".
El ejemplo más conocido es el de la empresa israelí NSO, que desarrolla el programa de espionaje Pegasus, que provocó un escándalo político en Grecia.
La empresa está presente en Chipre y Bulgaria y maneja sus finanzas a través de Luxemburgo. “Se beneficia del mercado único y de la libertad de circulación en la UE”, recordó la diputada.
De acuerdo con el informe, la venta de ese software es deliberadamente opaca y las estructuras de la empresa son complejas pero "el negocio está en auge y es lucrativo".
"Es urgente proteger mejor los derechos humanos cuando se exporta tecnología de vigilancia", escribió la directora general de AI, Agnès Callamard.
"Estamos presenciando una crisis mundial a través de programas de espionaje, en la que se realizan intrusiones selectivas en la privacidad de periodistas, activistas y abogados para silenciarlos e intimidarlos", dijo.
La víctima más destacada del espionaje a políticos y periodistas de la oposición en Grecia es el líder del partido socialdemócrata Pasok y eurodiputado Nikos Androulakis. Según los medios locales, su teléfono celular estaba intervenido con el programa de espionaje Predator.
El informe del Parlamento Europeo también se ocupa ampliamente de los gobiernos de Budapest y Varsovia.
Hungría fue uno de los primeros países involucrados en el escándalo de la vigilancia europea.
Según informes de la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI), se espió a más de 300 activistas políticos, periodistas, abogados y otras personas.
"El uso de Pegasus parece formar parte de una calculada destrucción estratégica de la libertad de prensa y la libertad de expresión por parte del gobierno (húngaro)", indica el informe.
Amnistía Internacional ha recogido ya más de 100.000 firmas en una petición a las Naciones Unidas para que se detenga la venta y distribución de programas espía.