Según un informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la actualidad América Latina y el Caribe no poseen acceso a una dieta saludable, lo que afecta aproximadamente a más de 131 millones de personas.
FAO destaca que niños y niñas menores de 5 años y mujeres, sufren una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria que los hombres, por lo que insta a tomar mayor atención a este sector poblacional.
Entre 2019 y 2021, el hambre alcanzó una prevalencia del 7.9% en América del Sur, 8.4% en Mesoamérica y 16.4% en el Caribe.
El informe detalla que existen varios factores determinantes para que se genere este fenómeno concerniente a la mala alimentación: pandemia de COVID-19, cambio climático, guerra en Ucrania y desaceleración económica, influyen de manera directa en el alza de precios de los alimentos, generando falta de asequibilidad a una dieta saludable.
FAO en su tarea de supervisar todos los aspectos de la cadena alimentaria, y ofrecer una visión única, de 360°, de la inocuidad de los alimentos, considera que es necesario y urgente reforzar los mecanismos de coordinación nacionales y regionales para responder al hambre y la malnutrición.
Asimismo, propone crear incentivos para la diversificación de la producción de alimentos nutritivos dirigidos principalmente a la agricultura familiar y productores de pequeña escala, medidas para la transparencia de los precios de estos alimentos en los mercados y el comercio.
Cabe destacar, que la seguridad alimentaria es un problema de pobreza, distribución y acceso limitado a los alimentos, más que de su producción, por lo tanto la FAO orienta a las diferentes sociedades y gobiernos centren sus esfuerzos en elevar el nivel de vida de forma generalizada.
Mario Lubetkin, Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, manifestó que "la región registra el costo más alto de una dieta saludable a nivel mundial, y si no nos hacemos cargo cuanto antes, esto tendrá graves consecuencias en la inseguridad alimentaria, la desnutrición crónica, el sobrepeso y la obesidad y un impacto en el desarrollo social y económico de la región, alejándonos del cumplimiento de la Agenda 2030; y vulnerando el derecho a la alimentación adecuada de millones de habitantes en América Latina y el Caribe".
Lubetkin hizo un llamado a buscar soluciones y medidas de respuestas tangibles, diseñadas con mayor sostenibilidad y resiliencia y reconocer que los procesos de integración y cooperación regional son más necesarios que nunca.