La quema de carbón, petróleo, gas natural y biomasa en todo el mundo genera una contaminación atmosférica que mata a 1,2 millones de personas al año, según un informe publicado en la revista médica Lancet.
“Nuestra salud está a merced de los combustibles fósiles”, declaró la investigadora en materia de salud y clima del University College de Londres Marina Romanello, directora ejecutiva de Lancet Countdown.
Romanello recordó que la combustión de gasolina en los autos o de carbón en las termoeléctricas causa asma y provocan serios problemas cardiovasculares. La contaminación y la muerte por calor son problemas de mayor gravedad para los ancianos y los más jóvenes, y especialmente para los pobres.
“Recetar un inhalador no va a solucionar la causa de un ataque de asma de alguien que vive junto a una autopista en la que los coches producen contaminantes peligrosos y el cambio climático hace que haya más humo por los incendios forestales, más polen y más contaminación por ozono”, señaló.
La catedrática destacó que esta “adicción” a los combustibles fósiles no sólo amplifica las repercusiones del cambio climático en la salud, sino que se suma a otras crisis actuales como la pandemia, la caída de ingresos global y la escasez alimentaria.
El doctor Anthony Costello, pediatra, co-presidente de Lancet Countdown y director del Instituto de Salud Global del University College de Londres, explicó que la inseguridad alimentaria no se debe al cambio climático, pero contribuye de forma muy significativa y va a empeorar.
En el reporte anual Lancet Countdown participaron casi 100 investigadores de todo el planeta y se analizaron 103 países.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, elogió el informe y añadió que “la crisis climática nos está matando”.