Este lunes, Irán inició el proceso contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con la esperanza de recuperar los 2.000 millones de dólares de activos congelados por el país norteamericano.
La CIJ, con sede en La Haya, Países Bajos, realizó las primeras audiencias sobre los activos bloqueados en el momento en que las negociaciones nucleares con Irán siguen estancadas y no se espera ningún avance a corto plazo.
En la apertura del caso, Teherán defendió que, la confiscación de dinero de empresas iraníes es parte de una ‘’industria de litigios’’ contra su país, con el objetivo de ‘’desestabilizar Irán y el gobierno iraní’’, lo que constituye una violación de las normas internacionales vigentes.
Los representantes estadounidenses darán respuesta a los argumentos iraníes el próximo miércoles ante el mismo estrado de Naciones Unidas.
La batalla tiene su origen en 2002, cuando el presidente George W. Bush firmó una ley federal que permitía a víctimas de atentados terroristas reclamar indemnizaciones millonarias cuanto los ataques fueran "patrocinados", según Washington, por terceros países.
Aunque no fue hasta febrero de 2019 que la CIJ se declaró competente para involucrarse en el asunto, la república islámica inició el procedimiento a mediados de 2016 con el fin de lograr el desbloqueo de sus fondos, luego que la Corte Suprema estadounidense autorizara su retención.
Un tribunal de Estados Unidos decidió que la suma de dinero debía ser bloqueada para indemnizar a los estadounidenses víctima de ataques terroristas, procedimiento que el país consideró como ilegal. Dichas sumas eran reclamadas por más de mil víctimas y familiares de atentados apoyados o realizados por Irán.
Entre los reclamos se encuentran los familiares de los 241 soldados muertos el 23 de octubre de 1983 en dos atentados suicidas los cuales afectaron los contingentes estadounidenses y francés de la Fuerza Multinacional de seguridad en Beirut.
Ante las acusaciones, Irán comentó que Estados Unidos violó el Tratado de Amistad entre ambos países firmado en 1955 por el Shá de Irán con el gobierno estadounidense sobre las relaciones económicas y los derechos consulares, tratado que fue finalizado por el expresidente Donald Trump en octubre de 2018.
