En los últimos días una fuerte tormenta llamada Paeng ha afectado a Filipinas dejando 98 víctimas fatales, según informó el lunes la agencia nacional de desastres.
Indicó que poco más de la mitad de las víctimas murieron en inundaciones y deslizamientos, que el viernes destruyeron poblados en la isla sureña de Mindanao. Aún se buscan a 63 personas que están desaparecidas.
El informe publicado este lunes asegura que más de la mitad de los fallecidos pertenecen a la región autónoma de Bangsamoro, en el suroeste del país, y que 58 de ellos ya están confirmados, mientras aún se validan los otros 40.
Estas cifras se deben principalmente a causa de las inundaciones y deslaves que afectan a gran parte de la geografía del archipiélago.
“Hemos cambiado nuestra operación de búsqueda y rescate a una operación de recuperación porque las posibilidades de sobrevivir después de dos días son casi nulas”, indicó Naguib Sinarimbo, jefe de defensa civil de la región de Bangsamoro en Mindanao.
Los equipos de rescate buscaban los cuerpos entre el lodo y los escombros, mientras los sobrevivientes de la tormenta tropical Nalgae continuaban la dolorosa tarea de limpiar sus casas empapadas.
Nalgae arrasó Filipinas, donde inundó aldeas, destruyó cosechas y derribó tendido eléctrico en varias regiones.
Impactó durante un fin de semana largo por el Día de Todos los Santos, que cae martes, cuando millones de filipinos viajan para visitar las tumbas de sus seres queridos.
El número de muertos podría subir, porque la agencia nacional de desastres informó que hay decenas de desaparecidos.
Científicos han advertido que las tormentas se han vuelto más poderosas como consecuencia del cambio climático.
Las autoridades civiles informan que unos 105.000 ciudadanos permanecen evacuados y 590.000 familias han sido afectadas, para un total aproximado de 1.900.000 personas que han sufrido alteraciones vitales por la tormenta.
Además, se dañaron estructuras por un valor de 13.000.000 de dólares.
