Aaron James Ramsey es un futbolista francés que se ha hecho popular, más allá del terreno de juego, porque la mayoría de veces que anota un gol, muere un personaje famoso.
La leyenda que le persigue al mediocampista se inició el 25 de agosto de 2009 cuando tres días después de un gol suyo ante el Portsmouth falleció el senador demócrata Ted Kennedy.
La última “víctima” –o coincidencia, valga decirlo- fue la estrella del clásico del cine de los 70 Vaselina, Olivia Newton-Jhon quien falleció el lunes pasado.
El día anterior Ramsey marcó su primer gol con el Niza de Francia.
La “maldición” incluye los decesos de Osama Bin Laden, Steve Jobs, Muamar El Gadafi, Whitney Houston, Chavela Vargas, José Rafael Videla, Paul Walker, Robin Williams, David Bowie y Nancy Reagan, entre otros.
En una entrevista de 2015, el futbolista explicó que aunque algunas personas le han hablado sobre la supuesta maldición, solo la considera una tontería: "es un rumor estúpido y no le encuentro nada divertido".
Dos años más tarde, ante la misma pregunta respondió que recientemente había marcado unos cuantos goles “tras los cuales no ha muerto nadie, gracias a Dios".
En un deporte en el que el factor suerte es tan relevante, el pensamiento mágico encuentra un sustrato fértil en el que enraizarse.
Cabe destacar que la de Ramsey no es la única “maldición” futbolística de la que se tiene noticia.
En 1962 nació “la maldición de Bela Guttmann” en honor al entrenador húngaro que, tras ser despedido del Benfica a pesar de haber logrado dos Copas de Europa consecutivas, pronunció una frase lapidaria. “Sin mí, el Benfica no ganará un título europeo en 100 años”.
Ya han pasado 60 años y ninguna nueva “orejona” se ha incorporado a las vitrinas del club portugués.
