Más de 90 gimnastas olímpicas estadounidenses, entre ellas la campeona y las medallistas olímpicas, Simone Biles, Maggie Nichols, Aly Raisman y Mckayla Maroney demandaron al FBI por 1.000 millones de dólares.
La acción legal obedece a los errores cometidos por la agencia para detener la negligencia del ex médico del equipo nacional de los Estados Unidos, Larry Nassar.
EFE informó que Nassar fue sentenciado a más de 300 años de cárcel en 2018 por abusar sexualmente en múltiples ocasiones de las gimnastas, muchas de ellas menores de edad.
Sin embargo, han mostrado reportes internos del pasado mes de julio en los que se visualizan numerosos errores, retrasos y encubrimientos por parte de agentes del FBI que investigaban el caso, según reseñan las agencias informativas estadounidenses.
Asimismo, las atletas aseguraron: “Es hora de que el FBI rinda cuentas”. Ahora solo falta el pronunciamiento del Comité Olímpico Internacional (COI).
El País señaló en una nota informativa que “las irregularidades de los agentes sólo merecieron la consideración de falso testimonio, tras una evaluación por parte del órgano de control interno de la agencia”.
“Mis compañeras supervivientes y yo fuimos traicionadas por todas las instituciones que se suponía que debían protegernos: el Comité Olímpico de EE UU, (la Federación de) Gimnasia de EEUU, el FBI y ahora el Departamento de Justicia”, dijo el pasado miércoles Maroney mediante un comunicado.
“Si simplemente el FBI hubiera hecho su trabajo, Nassar habría sido detenido antes de que tuviera la oportunidad de abusar de cientos de niñas, yo incluida”, expresó Samantha Roy, antigua gimnasta de la Universidad Estatal de Míchigan, que empleaba a Nassar.
En los últimos tiempos, son varios los casos de abuso sexual que denuncian atletas de todas partes del mundo. Es probable que esto sucediera hace mucho tiempo, pero es en la actualidad cuando las víctimas se están atreviendo a denunciar a sus agresores.
“El mayor escándalo de abusos sexuales en el deporte estadounidense se desarrolló en paralelo a la eclosión del movimiento MeToo, que rompió el silencio de cientos de mujeres abusadas por hombres en posiciones de poder”, destacó El País.
Pese a las evidencias aportadas al FBI en 2015, el escándalo se hizo público tras una investigación del diario The Indianapolis Star.
Dos años después Nassar fue condenado a cadena perpetua por delitos de asalto, agresión sexual, pornografía infantil y manipulación de pruebas.
La primera mujer que rompió el silencio fue la medallista Jamie Dantzscher, que acudió a los tribunales en septiembre de 2016. En 2018 ya eran cientos las mujeres que solicitaban compensaciones por los abusos, lo que contribuyó a la declaración de quiebra de la federación.
