El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este domingo su candidatura para las próximas elecciones presidenciales por el Partido Liberal (PL) a celebrarse el 2 octubre; durante el acto, destacó su “agenda positiva” de ganar los comicios e intentó dejar atrás sus polémicas declaraciones sobre la vulnerabilidad del sistema electoral.
En un acto realizado en el Maracanazinho ante 10.000 personas, Bolsonaro convocó a sus seguidores a “salir a las calles por última vez” el 7 de septiembre, para marchar contra el Supremo Tribunal Federal (STF).
La actual estrategia del primer mandatario para lograr obtener un segundo mandato se apoya en dos estrategias: Aprobar varios programas de incentivos monetarios para la población de menos recursos y cuestionar el sistema de votación.
El discurso de Bolsonaro este domingo incluyó, según los primeros análisis de los expertos, algunos elementos de su campaña de 2018, como la exaltación de la patria, de Dios, de la familia tradicional, el rechazo al aborto, y a la legalización de las drogas, sin embargo, no mencionó esta vez, la lucha contra la corrupción y las armas de fuego.
Eso sí, resaltó el supuesto peligro de que el comunismo llegue a establecerse en el país; no mencionó el nombre de Lula da Silva como tal, pero lo identificó como el candidato de los “nueve dedos” en referencia al accidente laboral en el que perdió un meñique.
El primer mandatario no hizo ninguna mención sobre la fiabilidad de las urnas electrónicas que se establecieron desde 1996 en el país sudamericano, sistema que para él y sin pruebas que avalan, pueden ser objeto de fraude y que el resultado electoral se puede manipular fácilmente.
En declaraciones recientes, el jefe de Gobierno instó a que las Fuerzas Armadas participen de manera activa en el próximo proceso electoral, lo cual encendió las alarmas en algunos sectores políticos y civiles que señalan por minar la democracia. En este sentido, el Tribunal Superior Electoral (TSE) invitó a las Fuerzas Armadas a participar en la fiscalización del próximo proceso electoral, pero voceros del componente militar declararon algunas sugerencias en el sistema de votos, muchas de ellas en sintonía con lo expresado por Bolsonaro.
Analistas políticos temen que el actual Presidente de Brasil siga los pasos de Donald Trump y no reconozca una eventual derrota por parte de Luiz Inácio Lula da Silva. En septiembre de 2021, el presidente llamó a sus seguidores a que protestaran en varias regiones del país para solicitar que se instaurase el voto impreso, pero en una votación realizada en el Congreso, rechazó el cambio.
Según un sondeo realizado por la encuestadora Datafolha, la ventaja del expresidente Lula da Silva es de 47% en los sondeos de opinión sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro que llega a 28% de popularidad.