La nueva primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se estrenó en la escena internacional en una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, en Roma.
Los medios oficiales italianos insistieron en que la reunión fue "cordial y productiva".
Ydijeron además, que se centró en "la necesidad de respuestas rápidas y comunes al alza de los precios de la energía en Europa, el apoyo a Ucrania y la gestión de los flujos migratorios".
"Como europeos, países vecinos y pueblos amigos, con Italia debemos continuar todo el trabajo iniciado. Triunfar juntos, con diálogo y ambición. Se lo debemos a nuestra juventud y a nuestros pueblos", tuiteó el presidente francés junto a una foto con Meloni, tras agradecer su labor al primer ministro saliente, Mario Draghi.
Sin embargo, el entorno de Macron aclaró que "vamos a juzgar sobre los actos que adopte el gobierno” y que "hay vigilancia y una exigencia por parte del presidente de la república".
La dirigente romana –quien obtuvo una histórica victoria en las elecciones legislativas del 25 de septiembre- tomó las riendas del gobierno más a la derecha que ha conocido Italia desde la creación de la República en 1946.
La nueva primera ministra encabeza una coalición con la Liga, la formación ultraderechista y anti-inmigración de Matteo Salvini, y con la declinante Forza Italia de Silvio Berlusconi.
El nuevo ejecutivo deberá lidiar con los numerosos desafíos que Italia tiene por delante, especialmente económicos. Los márgenes de maniobra de Roma están limitados por una enorme deuda pública de 150% del PIB, la proporción más alta de la zona euro después de Grecia.
"Hoy rezamos por la unidad y la paz de Italia en el comienzo de un nuevo gobierno", dijo el Papa Francisco al final de su tradicional oración dominical en la Plaza de San Pedro.
