Varios sindicatos franceses se movilizarán este 18 de octubre en el país, como medida de protesta, que incluye la paralización del transporte público, y del sector de la energía en la nación europea.
Esta convocatoria es liderada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación General del Trabajo – Fuerza Obrera (Force Ouvrière), Solidaires y la Federación Sindical Unitaria (FSU).
La acción fue tomada, en medio de una crisis energética sin precedentes, que afecta el suministro de combustible, y obliga a los franceses a reducir su consumo un 10%, para evitar racionamientos, además de otras medidas impulsadas por el gobierno.
Catherine Perret, representante sindical de la CGT rechazó la actitud del Gobierno galo durante el paro de las refinerías.
"Los grupos petroleros Total y Exxon obtienen enormes beneficios, pero se niegan a responder a las demandas de los trabajadores masivamente movilizados, que exigen compensar la inflación y una mejor distribución de la riqueza, mientras que se reparten miles de millones de euros en dividendos a los accionistas" resaltó.
Hasta la fecha, cuatro de las siete refinerías francesas están en una huelga impulsada por la CGT, para exigir un incremento salarial del 10%; un 7% para compensar el efecto de la inflación, y un 3% adicional para la redistribución de los beneficios.
Críticas
Una de las críticas de estos grupos sindicales es que la empresa del sector petroquímico y energético TotalEnergies, obtuvo beneficios en el primer semestre de 2022 por el orden de los 10.600 millones de dólares, gracias al aumento del precio del petróleo y del gas, por el actual conflicto bélico Rusia-Ucrania.
Esta huelga, que se prolonga desde hace más de dos semanas, ha repercutido en el suministro de combustible en las estaciones de servicio francesas que se han visto parcialmente desabastecidas, lo que ha generado algunos focos de violencia en la región de París y Altos de Francia.
También los trabajadores de las centrales nucleares se han sumado al paro, advirtiendo la paralización parcial de la estación de Gravelines, la central eléctrica más potente de Europa Occidental.
Este cierre podría generar un retraso de la conexión a la red de uno de los seis megavatios de 900 reactores, que se cerrarán desde el próximo sábado para el mantenimiento anual, y deberán reiniciarse antes de fin de año.
De acuerdo con la empresa Electricidad de Francia (EDF), institución que gestiona a Gravelines, el paro general, generará grandes impactos en algunas empresas que dependen de este suministro.
