El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió al Congreso su proyecto para transferir la Guardia Nacional a la estructura de la Secretaría de la Defensa (Sedena) y hoy jueves inicia el periodo de sesiones en el que se discutirá y votará la iniciativa.
El mandatario considera que la transferencia del componente es un remedio a dos de los principales males que azotan al país: la corrupción y la inseguridad. Dijo que la Policía Federal, predecesora de la Guardia, ”era un lastre, ejemplo de corruptelas y fracaso” y que es necesaria su desaparición.
Cabe destacar que, desde la campaña presidencial, y tras su victoria en julio de 2018, AMLO planteó la aparición de la Guardia Nacional como una solución a ambos problemas.
Para Él, las Fuerzas Armadas “deben ser incorruptibles, confiables, leales y efectivas: el Ejército es el pueblo uniformado”, ha dicho.
Algunos de sus detractores critican la idea de la incorporación y le recuerdan los errores cometidos en gobiernos anteriores por el empleo policial de militares, sobre todo, su uso paralelo que devino en la proliferación de denuncias por violaciones a derechos humanos cometidos en las calles.
Analistas consideran que lejos de resolverse los problemas ya existentes el cambio genera un lío jurídico que tardará en resolverse y remarcan que el problema para el gobierno está en la Constitución pues, como parte de la creación de la Guardia Nacional, el Congreso consagró su carácter civil en la Carta Magna.
Para cambiar la Constitución, Morena necesitaría dos tercios de los asientos en la Cámara de Diputados y actualmente no cuenta con esa mayoría.