Debido a la sequía por decimotercer año consecutivo, el gobernador de la capital chilena, Claudio Orrego, anunció este lunes un plan de racionamiento del servicio de agua que contempla -en última instancia- interrupciones rotativas de hasta 24 horas.
“Estamos en una situación sin precedentes”, dijo. La razón, el cambio climático que afecta directamente a los ríos Maipo y Mapocho, los cuales proveen de agua a la capital.
“El déficit hídrico de los ríos decidirá si se corta el agua cada 12, 6 o 4 días”, acotó el mandatario regional.
El plan tiene cuatro etapas de alertas: parte con una verde (acciones de difusión para el ahorro de aguas) y termina con una roja (cortes rotativos por sectores).
No es un dato menor que la disponibilidad de agua del país se ha reducido entre 10% y 37% en los últimos 30 años y podría caer otro 50% hacia 2060 en el norte y centro de Chile.
La fragilidad del recurso hídrico en el país austral ya quedó en evidencia en 2019, cuando un incidente en Osorno, provocó un masivo corte del suministro de agua potable en la ciudad durante diez días, afectando a unas 200 mil personas aproximadamente.