La Gestión de Inversiones del Banco de Noruega (NBIM), el fondo de riqueza más grande del mundo, le exigió a las 9.000 empresas que integran su cartera establecer un objetivo de cero emisiones de gases invernaderos para 2050, así lo informó la empresa a través de un comunicado.
Esta medida, según el documento, tiene como objetivo "evitar un riesgo financiero producido por una transición climática atrasada", que pudiera afectar la economía del planeta.
Es por ello que exhortan a las empresas a alcanzar los objetivos propuestos en el Acuerdo de París de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, firmado en 2016 por los 195 países miembros.
El acuerdo establece la necesidad de concretar esfuerzos para mantener la temperatura global promedio por debajo de los 2 °C por encima de los niveles pre-industriales, y perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 °C, reconociendo que esto reduciría significativamente los riesgos y efectos del cambio climático. Esto debería ser logrado mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero tan pronto como sea posible.
"Nos comprometemos con las empresas para alcanzar este objetivo mediante el establecimiento de objetivos preliminares creíbles", así como "la creación de planes para reducir sus emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero", señaló la directora de Gobernanza y Cumplimiento de NBIM, Carine Smith Ihenacho.
Por su parte, Nicolai Tangen, el jerarca del fondo de inversiones, apuntó que el objetivo de la institución es convertirse en uno de los líderes mundiales en términos de gestión del riesgo climático, "Nuestro rendimiento a largo plazo dependerá de cómo las empresas de nuestra cartera gestionen la transición hacia una sociedad con cero emisiones", recalcó.
Los efectos del cambio climático en la economía mundial han generado distorsiones como el descenso de la productividad de las cosechas, y por ende una subida de precios de los alimentos que afecta de forma transversal a todos los sectores de la economía.