El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) anunció que destinará 1.250 millones de dólares en los próximos cinco años para financiar proyectos que ayuden a preservar, dinamizar e impulsar los ecosistemas marinos y costeros de América Latina y el Caribe.
Tales recursos se utilizarán para crear programas y proyectos que impulsen la economía azul, enfocándose en la restauración de ambientes marinos y costeros, carbono azul, energía marina renovables, pesca y acuicultura sostenibles, manejo costero integrado, soluciones basadas en la naturaleza, pago por servicios ecosistémicos, ecoturismo y mejoramiento del manejo de áreas marinas protegidas.
Durante la Conferencia sobre los Océanos celebrada en Lisboa, el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz Granados dijo que con esos recursos implementaran soluciones innovadoras para mitigar los efectos del calentamiento global, potenciarán la preservación de ecosistemas marinos y contribuirán a mejorar las condiciones de vida de los millones de latinoamericanos que dependen de los mares.
Se espera que uno de los primeros proyectos dentro de esta financiación sea el convenio para la protección del Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental (CMAR), una región compartida por Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá que genera 3.000 millones de dólares anuales originarios de la pesca, el turismo y el transporte marítimo. Se pondrán en marcha estrategias que cuenten con la participación de los cuatro países y sus gobiernos, sociedad civil, organismos de cooperación internacional y ONG.
La Conferencia sobre los Océanos, organizada conjuntamente por los Gobiernos de Kenia y Portugal y que tiene lugar del 27 de junio al 1 de julio, llega para movilizar, crear y promover soluciones que permitan alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030. Las soluciones para una gestión sostenible de los océanos constan de la aplicación de tecnología ecológica y el uso de recursos marinos. Entre ellas también se incluye abordar las amenazas para la salud, la ecología, la economía y la gobernanza del océano: la acidificación; la basura marina y la contaminación; la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada; y la pérdida de hábitats y biodiversidad.