El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó este domingo la fecha del 14 de mayo para la celebración de elecciones presidenciales y legislativas. La votación estaba originalmente programada para el 18 de junio.
El mandatario, al frente de Turquía desde 2003 y quien espera seguir otros cinco años, confirmó, el domingo 22 de enero, la fecha del 14 de mayo para la celebración de elecciones presidenciales y legislativas.
"Usaré mi autoridad para adelantar las elecciones al 14 de mayo", dijo el presidente en una reunión transmitida por video con jóvenes en Bursa, la principal ciudad industrial del oeste.
“No se trata de elecciones anticipadas (…) sino de un ajuste para tomar en cuenta (la fecha) de los comicios”, justificó mientras que la fecha inicial estaba prevista para el 18 de junio.
Un encuentro electoral crucial
Con una longevidad política excepcional en Turquía y más ampliamente en Europa, Recep Tayyip Erdogan, primer ministro desde 2003, modificó la Constitución para convertirse en presidente en 2014, elegido directamente por sufragio universal y tendrá, a los 69 años (el próximo mes), candidato a su propia sucesión.
Este encuentro electoral será crucial para su futuro y el del país, sumido en una grave crisis económica, pero pieza central del tablero geopolítico de la región: Ankara se ha ofrecido a mediar entre Ucrania y Rusia, dos beligerantes a sus puertas con los que comparte las costas del Mar Negro.
Recep Tayyip Erdogan ya había adelantado esta semana la fecha del 14 de mayo, aniversario del triunfo electoral del Partido Democrático (conservador) en 1950: sin anunciar claramente el día de la elección, había indicado el miércoles que se "realizaría 73 años" después de esta victoria.
La oposición, que pretende presentar un frente único de los seis principales partidos -menos el HDP (izquierda democrática pro kurda), la tercera fuerza en el Parlamento- y sobre todo un solo candidato, deberá anunciar el nombre de este último a finales de este mes. La campaña electoral comenzará, por tanto, 60 días antes, es decir el "10 de marzo", indicó también el mandatario.
El AKP, el instrumento de su ascenso
El 14 de mayo de 1950 marca la victoria de Adnan Menderes, figura emblemática de la derecha conservadora turca, que puso fin al reinado del partido de Mustafa Kemal "Atatürk", padre de la Turquía moderna.
Adnan Menderes, fundador en 1946 del Partido Demócrata, había sido derrocado por un golpe militar en 1960 y ejecutado un año después y su partido fue disuelto. La elección del 14 de mayo envía una señal clara a la franja conservadora del electorado.
De estatura alta -con frecuencia domina a sus interlocutores-, Recep Tayyip Erdogan, un exfutbolista que soñaba con una carrera profesional, reina en Turquía desde hace dos décadas, prácticamente indiscutible, aunque refuta el término "dictador" que etiquetó el semanario británico 'The Economist' esta semana.
"Una democracia defectuosa podría convertirse en una autocracia en toda regla. Turquía está al borde del desastre bajo su presidente cada vez más errático, Recep Tayyip Erdogan".
Elegido alcalde de Estambul en 1994, trampolín ideal para una carrera nacional, fue condenado en 1998 por haber recitado un poema con tintes islamistas, episodio que no hizo más que reforzar su aura.
Liberado tras cuatro meses de detención, Recep Tayyip Erdogan había fundado poco después el AKP, que se convirtió en el instrumento de su ascenso. Su acceso al cargo de primer ministro en 2003 marcó el comienzo de una década de crecimiento económico y estabilidad política sin precedentes en la Turquía moderna.
Pero a partir de 2013, ante un movimiento de protesta juvenil sin precedentes en toda Turquía, poco receptivo al modelo islamoconservador promovido por el AKP, respondió con una represión implacable.
La deriva autoritaria de su poder que comenzó ese año se acentuó tras la primera derrota electoral del AKP en las legislativas de 2015, luego con el intento de golpe de Estado de julio de 2016.
El mandatario, que ha visto caer su popularidad en los últimos años, intentará, sin embargo, convencer a sus conciudadanos una vez más de que él es el hombre imprescindible.