Anna Muzychuk es un ícono en el mundo del ajedrez, no sólo por sus coronas internacionales como jugadora, sino también por su arrojo pacifista, feminista y por haber rechazado un jugoso contrato ofrecido por una empresa de bebidas alcohólicas.
La ucraniana, de 32 años, tres veces campeona del mundo y cuarta jugadora que supera la barrera de los 2.600 puntos se mudó a Valencia, España, escapando de la ocupación y la guerra.
Cabe destacar que, en el año 2017, renunció a disputar el Mundial en Arabia Saudí como protesta por el maltrato a las mujeres en ese país.
“Pensé que no es aceptable jugar y organizar torneos en los países donde se violan los derechos de las mujeres y donde cada mujer tiene que obedecer reglas estrictas. Pagué un alto precio por eso al perder dos títulos de campeona mundial y la posibilidad de ganar un gran premio en dinero, pero sigo pensando que fue lo correcto”, explicó.
Sin embargo, su valentía hizo que no se organizaran dos campeonatos mundiales de ajedrez más que estaban previstos a celebrarse allí. “Me alegro de aportar mi pequeño granito de arena a que los derechos de igualdad estén poco a poco mejorando en el mundo”, dijo.
En cada oportunidad, recalca la necesidad de la igualdad de género y en que cada vez más niñas se interesen en el ajedrez. La joven considera que los mejores jugadores masculinos son mucho mejores que sus pares femeninas y esto se debe a muchas razones objetivas y subjetivas. “No creo que sea justo que los premios en eventos abiertos –donde pueden jugar hombres y mujeres- sean razonablemente más altos que los premios en eventos femeninos del mismo calibre.
Muzychuk también llamó la atención mundial cuando rechazó una oferta muy grande por parte de una marca de cerveza. En esa oportunidad declaró que no le gusta la idea de ligar el ajedrez al alcohol.
Tras la invasión rusa a Ucrania, viajó con su hermana a España. Sin embargo, sus padres, abuelos y la mayoría de los familiares se quedaron en Ucrania.
“Tanto mi hermana –que también es ajedrecista- como yo estamos colaborando en diversos proyectos y eventos de ayuda a los refugiados ucranianos”, explicó.
En tiempos de super estrellas deportivas fatuas y reaccionarias, esta joven descolla por sus posiciones humanistas tan firmes.