El pasado 29 de junio, la Tierra estableció un nuevo récord del día más corto desde la década de 1960, cuando comenzaron los registros de este estilo. El recorte de 1,59 milisegundos con respecto al giro habitual de 24 horas prevé la posibilidad de recurrir a un segundo bisiesto para mantener los relojes actualizados.
La Tierra gira una vez cada 24 horas pero la duración del día por diversos factores puede hacerlo más largo o corto.
Sin embargo, la rotación del planeta se ralentiza con 27 segundos intercalares. Este procedimiento se realiza desde el año 1960 para mantener la hora automática precisa.
La última acción de este estilo fue a finales de 2016, cuando los relojes se detuvieron por un segundo para permitir que la Tierra se pusiera al día. Los relojes atómicos ayudan a garantizar que el mundo tenga un conteo preciso de segundos, minutos y horas.
Estos relojes desvelaron que la rotación de la Tierra acelera rápidamente, incluso, científicos aseguran que podríamos estar comenzando una fase de 50 años de días más cortos. En el año 2020 hubo 28 días más cortos desde 1960 y si compara con el día más corto de este año, fue a su vez, más largo que en los registrados en el 2020.
Algunos científicos han sugerido que la disminución de días podría estar relacionada con el bamboleo de Chandler, una pequeña desviación en el eje de rotación de la Tierra. Este bamboleo se detectó por primera vez a finales de la década de 1880, cuando el astrónomo Seth Carlo Chandler observó que los polos se tambaleaban durante un periodo de 14 meses.
Si la Tierra sigue girando a un ritmo cada vez mayor, podría conducir a la introducción del primer segundo adicional negativo de la historia. Esto sería necesario para mantener el tiempo civil en sintonía con el tiempo solar.
Según la página timeanddate.com, un segundo adicional negativo significa que los relojes saltarán un segundo, lo que podría crear problemas en los sistemas informáticos. En este punto, Meta publicó recientemente un blog en el que afirmaba que el segundo intercalar “beneficia principalmente a los científicos y astrónomos”, pero que es una “práctica arriesgada que hace más daño que bien”.
Esto se debe a que el reloj pasa de las 23:59:59 a las 23:59:60 antes de volver a las 00:00:00, y ese salto temporal bloquearía los programas o corromper los datos debido a las marcas de tiempo en el almacenamiento de datos.