El Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM) reveló que la empresa Neuralink –del multimillonario Elonk Musk- embaló y trasladó de forma insegura implantes que fueron extraídos del cerebro de monos infectados en la Universidad de California, Davis, donde la empresa realiza sus pruebas.
El PCRM afirmó que hay pruebas de que empleados sin formación transportaron los dispositivos contaminados sin embalarlos de forma segura. Aunque Neuralink estuvo realizando estos experimentos en la UC Davis hasta 2020, los incidentes preocupantes ocurrieron en 2019.
Los dispositivos transportados pudieron perjudicar a las personas cercanas con patógenos resistentes a los antibióticos -como Staphylococcus y Klebsiella, que pueden causar neumonía, infecciones del torrente sanguíneo y meningitis- y también contaminados con Herpes B, que puede provocar graves daños cerebrales, si no se trata inmediatamente.
Por tal razón, están exigiendo al Departamento de Transporte (DOT) que investigue.
De hecho, las pruebas de correo electrónico proporcionadas por el PCRM muestran que los empleados de la universidad se preocuparon por la forma en que la empresa transportaba los materiales: «estamos dando mucha importancia a esto porque nos preocupa la seguridad de las personas», escribió un empleado de UC Davis.
Hay que recordar que Neuralink desarrolla implantes que permiten una conexión directa entre el cerebro humano y las computadoras para ayudar a las personas que sufren parálisis, así como otras dolencias neurológicas.
Sin embargo, no es la primera vez que se le vincula con problemas de experimentación con animales. Ya en diciembre pasado, Reuters informó que el inspector general del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estaba investigando supuestas violaciones de la Ley de Bienestar Animal.
Según la agencia informativa, el informe aseguraba que las pruebas de Neuralink habían matado a unos 1.500 animales desde 2018.
La noticia ya es escandalosa pero se intensifica ahora que Musk planea pasar de las pruebas en animales del chip cerebral de Neuralink a posibles ensayos en humanos en los próximos meses. Solo espera la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Ryan Merkley, director de defensa de la investigación del PCRM aseguró que el mayor problema es que la mentalidad de Silicon Valley de moverse rápido y romper cosas se está aplicando a la investigación biomédica. “Esta mentalidad de tener algo llamativo que compartir con el público está reñida con el tiempo que se tarda en hacer investigación con animales”, advirtió.