El servicio de emergencias turco, Afad, aseguró este sábado que al menos 44.300 personas perdieron la vida a causa del catastrófico terremoto que sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria hace 13 días.
El servicio de emergencias anunció que, en Turquía, el número registrado de fallecidos había aumentado a 40.642, mientras que, en Siria, se registraron 3.688 víctimas mortales.
Sin embargo, a trece días del desastre natural, estos datos son solo un balance provisional, debido a que los cuerpos de rescate continúan buscando bajo los escombros, por lo que el saldo final podría rondar o superar los 100.000.
Por otro lado, el número de heridos se elevó a 122.757, registrando un total de 108.000 y 14.757 heridos en Turquía y Siria respectivamente.
La catástrofe ha dejado muchos centros sanitarios y hospitales dañados y, ahora, uno de los principales retos que enfrentan las autoridades de la salud es intentar que los supervivientes no contraigan ninguna enfermedad. Tarea difícil en las condiciones actuales.
‘’La escasez de agua en las zonas afectadas por el terremoto aumenta el riesgo de enfermedades y de brotes de enfermedades transmisibles’’, señaló Batyr Berdyklychev, representante de la Organización Mundial de la Salud en Turquía.
En Siria la situación tampoco es alentadora . La guerra civil en la que está sumido el país desde hace más de 11 años, ha dificultado las labores de ayuda humanitaria, especialmente al noroeste, donde se registró el terremoto.
Muchos equipos de rescate internacionales han abandonado la zona del terremoto los últimos días, sin embargo, los equipos nacionales continúan buscando entre los edificios arrasados con la esperanza de encontrar más supervivientes.
Aún hay supervivientes
En Turquía y Siria los rescates son cada vez más escasos. Y es que la cantidad de horas desde los sismos, hace casi imposible la tarea de encontrar con vida a personas entre los escombros. Aunque, aún hay casos que desafían esto.
Este sábado, tres personas fueron rescatadas con vida tras pasar 13 días bajo los escombros de un edificio derrumbado en la ciudad de Antioquía, Turquía. Fue el equipo de rescate de Kirguizistán quienes lograron salvar a Samir Muhammed Accar, su esposa Ragda y su hijo de 12 años, quien lamentablemente falleció tras el rescate.
Los dos adultos fueron hospitalizados, mientras que los cuerpos de otros dos niños de la misma familia, fueron recuperados de las mismas ruinas.
La nacionalidad de las víctimas aún se desconoce, pero los rescatistas presumen que, en base a sus nombres, podrían ser de Siria. En la región turca afectada viven muchos de los 3.5 millones de refugiados sirios que acoge Turquía.
