Nigeria, el país más poblado de África y su mayor economía, salió hoy a las calles para elegir al sucesor del presidente Muhammadu Buhari, en el poder desde 2015, en una jornada electoral sin incidentes graves, pero marcada por retrasos en algunos centros de votación.
La Comisión Electoral Nacional Independiente (INEC), que preparó más de 170.000 centros de votación a lo largo de todo el país y tenía registrados a casi 93,5 millones de posibles votantes, anunció que mantendría las urnas abiertas hasta las 14.30 hora local.
Sin embargo, muchas cerraron más tarde, después de que se registrasen retrasos en la apertura de algunas de ellas, causando la frustración de los ciudadanos.
El presidente de la INEC, Mahmud Yakubu, reconoció esos errores y los achacó a fallos logísticos, pero aseguró que todas las personas que lleguen a sus colegios electorales antes del cierre de las urnas podrán ejercer su derecho a votar.
«No pudimos abrir algunos centros de votación a tiempo por problemas logísticos que persisten a pesar de nuestros esfuerzos. (…) Aunque hay algunas quejas aquí y allá, hemos entregado millones de papeletas y hojas de resultados», indicó Yakubu en declaraciones a los periodistas.
Además, Yakubu informó de al menos un ataque de presuntos terroristas contra los trabajadores de la INEC en el estado de Borno (noreste), uno de los bastiones de los grupos yihadistas Boko Haram y su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (Iswap).
Según el presidente de la comisión electoral, unos atacantes aún sin identificar dispararon hoy contra las oficinas de esta institución en la ciudad de Gwoza.
18 candidatos compiten en esta carrera presidencial, pero las encuestas señalan que sólo tres tienen posibilidades reales de vencer: el musulmán Bola Tinubu, candidato del gubernamental Congreso de Todos los Progresistas (APC); Atiku Abubakar, del Partido Democrático de los Pueblos (PDP); y el cristiano Peter Obi, del Partido Laborista.
El más madrugador este sábado fue el candidato laborista, que acudió a su centro de votación en Agulu, la ciudad más poblada del estado suroriental de Anambra (del que Obi fue gobernador), a primera hora y se mostró seguro de su victoria electoral delante de los medios de comunicación.
Asimismo, Obi celebró la atmósfera pacífica de estos comicios en el estado de Anambra.
Tinubu, que votó en Ikeja (dentro del estado de Lagos), también se mostró optimista.
«He trabajado más duro que cualquier otro candidato de este país (durante la campaña electoral). Creo que los nigerianos me recompensarán», dijo el representante del APC, que aseguró que no descansará y solucionará los desafíos económicos y otros problemas a los que se enfrenta Nigeria.
Por su parte, Abukakar fue a las urnas en Yola, capital de Adamawa (noreste), su estado natal.
«He emitido mi voto y espero salir victorioso. Hasta el momento no ha habido problemas durante el proceso electoral, pero hay que seguir vigilando cómo van las votaciones», aseguró.
El presidente Buhari, que se retirara tras haber agotado su segundo mandato consecutivo de cuatro años permitido por la Constitución, votó en la ciudad de Daura.
«Por la gracia de Dios, el APC ganará desde Daura hasta Lagos. Estoy seguro de ello», indicó el mandatario saliente.
Para garantizar la seguridad de las elecciones, la Policía nigeriana informó del despliegue de más de 301.900 agentes de seguridad por toda la nación.
Además, una delegación de observadores electorales de la Unión Europea (UE) y otra de la Unión Africana (UA) inspeccionaron las votaciones.
«La UE reconoce que Nigeria es uno de los países más importantes, no solamente en la región o en África, sino en todo el mundo», señaló el jefe de la misión europea, el eurodiputado Barry Andrews, desde la capital nigeriana, Abuya.
El vencedor de la votación presidencial heredará una nación asolada por una inseguridad creciente en algunas partes del país, con ataques constantes de bandas criminales que secuestran a civiles para exigir lucrativos rescates, de grupos yihadistas y de rebeldes independentistas.
También deberá hacer frente a la devaluación de la moneda local (naira), una inflación galopante y el elevado desempleo, pese a que Nigeria destaca como el principal productor de petróleo de África y la economía más grande del continente.
Los resultados de estos comicios serán anunciados por la INEC la semana que viene.
EFE