Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial contra la Obesidad, con el objetivo que todos adquiramos mayor conciencia con respecto al grave e incluso mortal daño que resulta para el organismo una ‘’dieta’’ alta en grasas y azúcares, la cual se ha convertido en una de las más populares del mundo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad logró una proporción epidémica a nivel mundial.
Se estima que desde 1975, esta grave enfermedad logró expandirse y triplicarse; en 2016 se registraron 1.900 millones de adultos obesos, así como 340 millones de niños y adolescentes.
Las sociedades científicas han reconocido durante años a la obesidad como una enfermedad crónica compleja en la que el tejido adiposo en altas cantidades se transforma en un órgano disfuncional, lo que genera un impacto negativo en la salud de las personas que la padecen.
Obesidad en América Latina
En Latinoamérica, aproximadamente el 24% de la población mayor de 18 años sufre de esta enfermedad, un porcentaje que aumenta cada año.
La cifra se posiciona por encima del promedio mundial (13,1%) en el caso de los adultos; y en cuanto a los niños y adolescentes, la región registró un 7,5% de personas que padecen sobrepeso, un valor que se posiciona casi dos puntos por encima del promedio mundial (5,7%).
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) tiene como prioridad el abordaje de la obesidad en niños, niñas, adolescentes y adultos. Con esto busca promover y apoyar las políticas necesarias para que los latinoamericanos mejoren la alimentación y aumenten la actividad física.
La obesidad domina en los adultos y logró triplicarse con respecto a los niveles registrados en los años 70. De acuerdo a las estadísticas, este impacto se ha mostrado con mayor fuerza en la población femenina.
En la mayoría de los países latinoamericanos, la tasa de obesidad femenina es 10% mayor que la registrada en hombres.
Hay unanimidad en decir que la obesidad es una situación crónica que desencadena consecuencias negativas en la salud, sin embargo, aún vemos sobre todo en publicidad y redes sociales, que el exceso de peso se considera como ‘’un prestigio’’ principalmente en los bebés y menores de edad.
Pero, un niño con exceso de peso es altamente propenso a sufrir de presión y colesterol elevados, diabetes y un comportamiento sedentario prolongado y con un escaso nivel de actividad física.
Actualmente, hay más de 800 millones de personas que viven con obesidad, esto desencadena un aumento en la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. De acuerdo a la FMO, aproximadamente la mitad de la población global se verá afectada por obesidad para el 2035.
Cambiemos perspectivas
Cada año, la FMO escoge un lema con el que pretende luchar contra la enfermedad. Las pasadas ediciones, la federación ha alentado a las personas a reconocer las causas principales de la obesidad, aumentar el conocimiento de la enfermedad, abordar el estigma del exceso de peso, poner en primer plano a aquellas personas con experiencias vividas y actuar para mejorar la comprensión, prevención y tratamiento de la obesidad alrededor de todo el mundo.
Este año, el lema de la campaña es ‘’Perspectivas cambiantes: hablemos de la obesidad’’. Con esto, se busca sacar provecho de la conversación e historias de expertos y afectados por esta enfermedad para que se logren corregir los conceptos inapropiados con respecto a la obesidad y pasar a tomar medidas grupales y efectivas.
‘’Discutir este tema con pacientes o colegas puede marcar una enorme diferencia. Cuando se hablan, debaten y comparten historias, se pueden cambiar perspectivas y transformar los resultados de salud’’, comentaron desde la FMO.
En este sentido, el lema ayuda a la importancia de aclarar que la obesidad no define a las personas, por lo que se debe erradicar la estigmatización o «gordofobia» que tienen algunos con aquellos que padezcan esta enfermedad.
Creencias desfavorables: ¿cómo nace este estigma?.
Se instala con creencias erróneas, como, por ejemplo, considerar que la obesidad llega a las personas por falta de voluntad, autodisciplina, descuido en la salud o cero compromiso con un tratamiento o ejercicio físico. Sin embargo, los científicos han revelado que esto no es completamente cierto, o por lo menos, no en la mayoría de los casos.
A través de múltiples investigaciones científicas con respecto a la obesidad, se reveló que oculta diversas causas tanto biológicas como sociales. Es por ello que se debe modificar la percepción errónea de que es un asunto individual.
El estigma o discriminación afecta a las personas que sufren obesidad de distintas formas; en el mundo laboral, se manifiesta con escasas oportunidades y en el espacio escolar, aparece con el bullying.
Estos señalamientos negativos están presentes en cada ámbito existente: por ejemplo, en los espacios reducidos en cines, teatros y medios de transporte. Además, en la industria de la moda, con más y más prendas que no cumplen con la idea de incluir modelos y tallas inclusivas.
Es por esto que, este año la FMO pretende erradicar este falso estigma a través de las conversaciones y actividades que lleve a las personas a abrir sus ojos, su mente y su corazón, dejar atrás el falso concepto de la obesidad y abrir el camino de la educación para comprender el tema.
¿Qué hacer para prevenir y tratar la obesidad?
Los cambios radicales en el estilo de vida de una persona con exceso de peso son vitales para iniciar la metamorfosis.
Algunas de las recomendaciones para prevenir y tratar la enfermedad son diversas, pero todas exigen constancia y disciplina por parte de la persona que desee enfrentarlas:
- Realizar varias comidas al día en pequeñas porciones
- No picotear entre horas
- Optar por carnes magras con bajo contenido graso, evitando cremas de leche, grasa y manteca
- Reducir el consumo de alimentos ultra procesados
- Incrementar el consumo de agua, frutas y vegetales
Aunque las recomendaciones alimenticias son importantes y no pasan en vano, el plan alimenticio no es el único que se debe poner en práctica, ya que este debe ir de la mano con un plan físico pertinente para la persona.
De acuerdo al plan mundial 2018-2030 de la OMS, estas herramientas cumplen con el objetivo de promover el desarrollo de estrategias para la creación de sociedades, poblaciones y sistemas con un estilo de vida más activo.
Cada minuto de actividad física y cada paso adicional en la rutina acompañado de una buena alimentación aporta grandes beneficios. No es necesario realizar actividades de alto impacto, basta con caminatas con intervalos de 2 a 5 minutos para iniciar, siempre con supervisión médica.