Una investigación independiente de la Conferencia Episcopal de Portugal (CEP) confirmó que más de 4.800 menores de edad sufrieron abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia católica desde 1950 en el país europeo.
«No es posible cuantificar el total de crímenes», aseguró el psiquiatra infantil Pedro Strecht, parte del equipo de la investigación.
«Estos testimonios nos permiten llegar a una red de víctimas mucho mayor, calculada en un número mínimo de 4,815 víctimas», sin embargo, Strecht admitió que estos hallazgos podrían solo ser la punta del iceberg.
Según el informe, elaborado por psiquiatras, un exministro de Justicia y una cineasta, recabó durante un año más de 500 testimonios y concluyó que la media de edad de las víctimas apenas superaban los 11 años y la mayoría de los abusadores, un 70% eran sacerdotes.
Actualmente, la mayoría de las víctimas rondan los 50 años.
El documento del CEP presentado en Lisboa a mediados de febrero, afirma que estos abusos sexuales se realizaron en seminarios, colegios, internados e instituciones gestionadas por la Iglesia, así como confesionarios, sacristías, la casa del párroco, entre otros espacios.
Los sacerdotes acusados de pederastia que actualmente trabajan en la institución no serán retirados.
A juicio de Strecht, los testimonios de las víctimas son emocionalmente agudos y muy intensos, y estas declaraciones deben servir de base para acabar con «una larga noche de silencio, vergüenza, miedo y culpa».
Por su parte, José Ornelas, obispo de Fátima y presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, dijo ante las denuncias agradeció a la comisión por la elaboración de este informe que permitió recabar la situación dramática en la iglesia católica portuguesa.
En este sentido, Ornelas solicitó a las autoridades lusas el apoyo con atención psicológica para las víctimas y la suspensión de la prescripción del delito durante 30 años. Sin embargo, del total de los casos, sólo 25 han sido remitidos a la Fiscalía para ser investigados, mientras que el 95 % ya ha prescrito.
Ante este nuevo escenario de casos de pedofilia, el papa Francisco viajará al país europeo en agosto para las jornadas mundiales de la juventud en la que se prevé un encuentro con algunas de las víctimas.
Ya en el 2019, el sumo pontífice libró una “batalla total” contra la pedofilia en la Iglesia, ante los miles de casos de abusos sexuales destapados en todo el mundo.
“Ante los abusos, especialmente los cometidos por miembros de la Iglesia, no basta pedir perdón”, afirmó el papa en su cuenta Twitter.
