La Agencia Internacional de Energía informó que las emisiones relacionadas con la energía aumentaron 0,9% hasta superar los 36.800 millones de toneladas métricas en 2022.
“El mayor aumento se produjo en los mercados emergentes de Asia, debido en gran parte a la combustión de carbón. Sin embargo, el descenso de la producción industrial en China y Europa evitó un resultado aún peor”, dijo el comunicado.
El aumento fue mucho más lento que el repunte de más de 6% por ciento de 2021. Las emisiones procedentes de la combustión de energía aumentaron en 423 Mt, mientras que las emisiones de los procesos industriales disminuyeron en 102 Mt.
Explicó el organismo que las emisiones en la Unión Europea cayeron 2,5% (por el invierno suave que redujo la demanda de calefacción y la subida de los precios del gas natural).
También en China -el mayor emisor mundial- se registró un ligero descenso de 0,2% debido a la reducción de energía y todas las medidas para contener la propagación del virus del Covid-19.
En Estados Unidos, las emisiones crecieron 0,8% principalmente por el tiempo excepcionalmente frío de principios de año lo que disparó la demanda de calefacción.
Según el estudio, los fenómenos meteorológicos extremos contribuyeron con una quinta parte del crecimiento de las emisiones del año pasado.
Cabe destacar que el aumento en la demanda de refrigeración probablemente persistirá a medida que el cambio climático haga más intensas y frecuentes las olas de calor.
«El mayor despliegue de tecnologías de energías limpias, como las energías renovables, los vehículos eléctricos y las bombas de calor, ayudó a evitar 550 Mt adicionales de emisiones de CO2», señaló la AIE.
Fatih Birol, CEO de la AIE, afirmó que “los efectos de la crisis energética no han provocado el gran aumento de las emisiones mundiales que se temía en un principio, sin embargo, seguimos observando un aumento de las emisiones procedentes de los combustibles fósiles, lo que obstaculiza los esfuerzos por cumplir los objetivos climáticos mundiales”.