Ante el anuncio del gobierno chino de prohibir la transmisión en vivo de ropa interior con modelos mujeres, las empresas de este sector, comenzaron a presentar modelos masculinos en sus videos para promocionar sus productos.
Actualmente en el país asiático existe una normativa bastante restrictiva en la materia, después de que se presentara a una modelo femenina en una página de lencería a través de livestreaming, y las autoridades chinas la censuraron por considerarla “contenido obsceno”.
Ante este escenario, los empresarios han barajeado diversas estrategias para no bajar sus ventas.
En una entrevista al medio Jiupai News, Xu, propietario de un negocio de venta en línea de lencería femenina, afirmó que en el mes de diciembre un hombre promocionó una bata de seda para dama en la red social Douyin.
«Personalmente, en realidad no tenemos otra opción. Los diseños no pueden ser modelados por nuestras colegas femeninas, por lo que usaremos a nuestros colegas masculinos para modelarlo», subrayó Xu.
«En China, las mujeres no pueden usar ropa interior en la sala de transmisión en vivo. De lo contrario, la sala de transmisión en vivo será prohibida de forma inmediata y permanente, por supuestamente difundir obscenidades. Entonces, ¿Qué debo hacer si tengo que traer productos y vender ropa interior femenina en la sala de transmisión en vivo? Es muy sencillo, encuentra un hombre que lo lleve», afirmó un usuario que aseguró ser un empresario del sector en la red social Weibo.
Según datos de Statista, un portal alemán de estudios de mercado y de opinión, se prevé que las compras de productos a través de livestreaming en el país asiático superen los 700.000 millones de dólares.
Incluso, la consultora estratégica global McKinsey informó que la industria de ropa interior representa el 10% de los ingresos del comercio electrónico del gigante asiático.
Esta no es la primera acción que adoptan las autoridades chinas, ya en el 2015, se habían tomado medidas contra los programas de televisión que mostraban el escote de las actrices.
Esto obligó a que algunas series populares enfocaran más los rostros de las actrices, para evitar ser censuradas por los organismos chinos.
