La organización Integración Social Verter A.C. viene gestionando desde hace cuatro años en México, el primer lugar de consumo seguro de fentanilo en América Latina.
El propósito de estos espacios, llamados “La Sala”, es ayudar a los consumidores de este opioide sintético a realizarlo en ambientes controlados, para evitar la transmisión de enfermedades y sobredosis.
«En el mundo y ante esta crisis de opioides y del fentanilo, lo más importante es evitar una muerte por sobredosis», aseguró Lourdes Angulo, directora de la asociación civil ubicada en la ciudad de Mexicali, zona limítrofe con Calexico, Estados Unidos.
Debido al incremento del consumo de esta droga en la región, Angulo resaltó lo estratégico de estos espacios con personal altamente capacitados que pueden atender a un usuario con un caso de sobredosis.
En una entrevista concedida a la agencia RT, la representante de Verter A.C. destacó que a los usuarios se les proporciona equipo estéril como agujas y jeringas, para garantizarles una inyección limpia y segura.
A juicio de Angulo, la mayoría de los consumidores de fentanilo son de bajos recursos económicos, incluso, una gran mayoría son de situación de calle, por lo que esta organización social quiere «dignificar el consumo» de manera segura.
Ante este escenario, Verter A.C. busca evitar infecciones por el uso de agujas contaminadas, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o hepatitis C, ya que este último representa un 90% de posibilidad de infectarse al compartir jeringas.
Aunque «La Sala» se pensó para proporcionarle las condiciones de un consumo seguro a las mujeres, con el paso del tiempo se permitió la entrada a los hombres con la condición de que durante su estadía no haya féminas.
Angulo informó que dentro de sus protocolos de seguridad ante una eventual caso de sobredosis, el personal de “La Sala” cuenta con naloxona, un medicamento que puede cortar la acción de este opioide.
«Si aplicas la naloxona difícilmente la persona no va a lograr sobrevivir de una sobredosis, aquí el problema es cuando no se llega a tiempo o no se tienen los insumos necesarios para poder atenderla», subrayó la vocera de esta organización
Aunque este medicamento es de venta controlada en México, Verter A.C. se ha abastecido con donaciones internacionales y recursos propios.
«En los dos últimos años hemos atendido arriba de 1.000 casos por un uso excesivo de opioides. De estos, desafortunadamente estaríamos hablando de unas 10 muertes», puntualizó.
A pesar de que brindan una labor social en la población vulnerable, algunos sectores han criticado la iniciativa de la organización, por lo que tuvieron que realizar diversas reuniones con autoridades regionales, representantes de comunidades organizadas, incluso, representantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Angulo enfatizó a la agencia RT que más allá de brindar espacios seguros, informan de manera responsable para sensibilizar a la población en general, que el tema de consumo de fentanilo debe ser visto desde una «perspectiva de derechos humanos» y como un tema de salud.
«Las personas que consumen lo van a seguir haciendo aún con las campañas de que las drogas son malas y matan, ya que sus efectos son placenteros», dijo la vocera.
Entre sus próximas acciones está expandir La Sala a otras regiones del país norteamericano, enmarcadas en la Norma 028 que aborda el tema de las adicciones por el consumo de sustancias, e incluye las acciones de reducción de daños.
Actualmente existen más de 100 sitios de consumo controlado en el mundo, y es Canadá el país que más centros de este tipo tiene.