Seis grupos ecologistas estadounidenses presentaron una demanda por la aprobación del gobierno de EEUU del proyecto petrolero Willow en North Slope, ubicado en Alaska, en una región muy rica en petróleo, pero igualmente con un ecosistema muy frágil y que ya acusa daños.
Cabe destacar que la decisión del equipo del presidente Joe Biden no solo es muy relevante, sino que contradice las promesas ecológicas del mandatario demócrata. De hecho, los ecologistas subrayan que irónicamente el anuncio se dio tras informar que se prohibirán o limitarán las perforaciones petroleras en algunas otras zonas de Alaska y el Océano Ártico.
Los activistas demandantes argumentaron que el sitio de perforación se situaría «en una zona ya sometida a la presión de la rápida industrialización y el cambio climático. El hábitat ártico es muy sensible y afectaría significativamente a la fauna, el aire, el agua, las tierras y las personas de la región», agregaron.
Karlin Itchoak, del grupo The Wilderness Society, afirmó a Reuters que el Gobierno de Joe Biden «no escuchó ni a la ciencia ni a las voces de los líderes nativos de la región y de millones de personas en todo EEUU, que abogaron por la protección de la calidad del aire, los recursos de subsistencia y el clima global al rechazar Willow».
Según explicó la agencia RT, la aprobación de Willow por parte de la Oficina de Administración de Tierras del Departamento del Interior de Estados Unidos, permitirá tres sitios de perforación, que incluirán hasta 199 pozos en total.
El presidente y director ejecutivo de la compañía ConocoPhillips, desarrolladora del proyecto, Ryan Lance, anunció que “considera viable la opción de tres sitios”.
No es un dato menor que la orden para las perforaciones no fue firmada por la secretaria del Interior, Deb Haaland, quien ha permanecido en silencio desde que está en el cargo (hace dos años). De hecho, se opuso siendo congresista de Nuevo México, antes de convertirse en funcionaria de la Casa Blanca.
En cambio, la autorización fue rubricada por su adjunto, Tommy Beaudreau.
Los medios locales auguran fuertes choques entre los grupos ecologistas y el gobierno, y consideran que probablemente el anuncio no sea la última palabra.
¿De qué se trata el proyecto?
Según la empresa ConocoPhillips, podría producir hasta 180.000 barriles de petróleo por día, crear hasta 2.500 puestos de trabajo durante la construcción, 300 empleos a largo plazo y generar miles de millones de dólares en regalías e ingresos fiscales para los gobiernos federal, estatal y municipal.
Los partidarios de la iniciativa creen que podría impulsar la seguridad energética del país, pero los ambientalistas lo califican como «bomba de carbono».
