Recientemente, en Corea del Sur se dio a conocer un grupo de K-pop llamado Mave, lo singular de esta agrupación es que sus cuatros integrantes están en el metaverso.
Este cuarteto se viralizó en las diferentes plataformas de redes sociales con su sencillo “Pandora”, que alcanzó en menos de dos meses 18 millones de visitas en YouTube, lo que los catapultó a los mercados internacionales.
El grupo está integrado por Siu, Zena, Tyra y Marty que cantan, bailan, dan entrevistas y responden a sus fanáticos desde el ecosistema virtual y tridimensional.
Kakao Entertainment, una empresa tecnológica de Corea del Sur es la responsable de este proyecto musical.
Kang Sung-ku, director técnico del proyecto, destacó que se utilizaron aprendizaje automático a través de inteligencia artificial, deep fake y tecnología de producción 3D para que estas cuatro cantantes puedan tener un mercado global.
Las integrantes de Mave pueden conversar en portugués con un fanático de Brasil, en español con alguien en México o en otros idiomas de manera fluida y convincente, aseguró el vocero del proyecto.
«Cuando vi Mave por primera vez, fue un poco confuso saber si eran humanos o personajes virtuales», declaró Han Su-min, un joven de 19 años en Seúl.
Su-min admitió que es un consumidor de productos basados en el metaverso, y que esta agrupación ofrece todo lo que quiere. “Siento que podría convertirme en su fan número uno», puntualizó.
Las empresas tecnológicas están invirtiendo millones de dólares en la perfección y evolución de los servicios y productos que puede ofrecer el metaverso, un mercado que apenas se está dando a conocer.
Ya en el país asiático hay influencers virtuales, como Rozy y Lucy que tienen miles de seguidores, y entre sus clientes tiene marcas reconocidas como Chevrolet o Gucci.
Los grupos de K-pop suponen un 0,3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país asiático, una industria que genera unos 5.000 millones de dólares al año. El ascenso de este género musical ha sido imparable.
Bandas como Blackpink, BTS, Big Bang o 2NE1 se han convertido en referencias globales gracias a canciones adhesivas, perfectas y tarareables, con ritmos y bailes pegadizos que han calado en la audiencia joven.