Este lunes 20 de marzo, el gobierno de Emmanuel Macron, superó con éxito dos mociones de censura presentadas en su contra. Mientras Francia sigue inmersa en múltiples protestas sociales por la aprobación de la ley que reforma el régimen jubilatorio, el jefe de Estado salió victorioso por tan sólo 9 votos gracias al mecanismo 49,3 el cual permite que una legislación sea aprobada sin que pase por la Cámara Baja.
Esa fue la forma que consiguió el presidente Macron de seguir adelante con la implementación de su plan que prevé entre otras cosas, aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años.
La diputada izquierdista Mathilde Panot, declaró tras las votaciones de la Asamblea, “Sólo faltaron nueve votos para derribar este gobierno y su reforma, un gobierno que ya está muerto para los franceses y que no tiene ninguna legitimidad”.
El Parlamento no consiguió los 287 votos que necesitaba y eso significa que diputados conservadores votaron a favor de la moción, algo que sorprende a todos y deja claro que en el país existe una grave radicalización.
La moción, fue puesta por el centrista Charles de Courson, quien sostiene que esta es la decimoquinta moción de censura que se impone contra el actual presidente Emmanuel Macron quien no tiene mayoría absoluta en el parlamento.
Tras la aprobación de la legislación, la primera ministra Elizabeth Borne aseguró que “la democracia tendrá la última palabra”, algo que no fue bien visto ya que, a pesar de haber ganado esta lucha, hay quienes aseguran que tanto su gestión como la del presidente, están condenadas.
Ahora que fue aprobada la reforma de jubilación, ésta deberá ser enviada al Consejo Constitucional que discutirá sobre su legalidad.
Cabe mencionar que más del 80% de la población se opone totalmente a esta reforma, por lo que miles de manifestantes tienen meses tomando las calles en muestra de rechazo.
Luego de ser aprobada, el presidente Macron deberá conseguir una forma para pacificar el país. Y ahí, se abre el verdadero enigma.