El cantante puertorriqueño Bad Bunny fue demandado por su exnovia, Carliz de La Cruz, por la suma de 40 millones de dólares, debido al uso del estribillo «Bad Bunny baby» en varios temas, sin su autorización.
De La Cruz Hernández presentó un recurso legal el pasado 01 de marzo en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, Puerto Rico, en la que alega que Benito Antonio Martínez Ocasio, utilizó una conocida grabación de voz de ella en varios de sus temas sin su consentimiento.
El estribillo “Bad Bunny, baby” se incluyó en la canción “Pa’ ti”, que tiene más de 355 millones de vistas en YouTube y más de 235 millones de reproducciones en Spotify y en el single “Dos mil 16”, que cuenta con más de 60 millones de vistas en YouTube y 280 millones de reproducciones en Spotify.
La demanda indica que la “voz distinguible” de De La Cruz también se utilizó para conciertos y promociones a beneficio del astro puertorriqueño.
Por esta razón, la joven pide una compensación de al menos 40 millones de dólares en derechos de imagen, derechos morales de autor y daños y perjuicios.
En la demanda también aparece Noah Kamil Assad Byrne, mánager de Bad Bunny.
Según medios puertorriqueños, De La Cruz y Martínez establecieron una relación sentimental en el 2011, un año después ambos comenzaron a estudiar en la Universidad de Puerto Rico y durante esa época De La Cruz era la encargada de programar las presentaciones del cantante de reguetón.
En el 2015, de la Cruz y Martínez, decidieron que sería una idea “cautivadora» que este, después de su nombre artístico, incluyera la palabra «baby». Es así, como la exnovia del artista grabó la frase en un baño mientras se quedaba con una amistad, porque ese era el sitio menos ruidoso de dónde se encontraba.
«Con la intención de que la frase «Bad Bunny baby» fuese más original todavía, ambos tuvieron la idea que lo mejor es que se grabara con la voz de Carliz, su novia», indica la demanda.
Un año más tarde hubo intenciones de casarse, sin embargo, ella decidió continuar su carrera universitaria y él continuar su proyecto musical.
Seis años después, un representante de Bad Bunny se acercó a De la Cruz ofreciéndole 2.000 dólares por los derechos de autor de la frase a lo que ella se negó
A pesar de no lograr un consenso entre las partes involucradas, el estribillo fue utilizado por el artista en sus múltiples presentaciones sin el consentimiento de su expareja.