La Bolsa de Metales de Londres (LME) pospuso reanudar el comercio de níquel hasta el 27 de marzo después de que encontraron 54 toneladas métricas de piedras en vez del metal en un almacén en Rotterdam, y según The Wall Street Journal le pertenecen al banco JPMorgan Chase.
“Un operador del almacén empezó a pesar las bolsas y descubrió que estaban llenas de piedras”, relató The Wall Street Journal. La LME dijo que los paquetes estaban en un depósito propiedad de Access World.
Si se hubiese tratado de níquel habrían tenido un valor de 1.3 millones de dólares a los precios actuales (lo que representa 0.14% de los inventarios). Si bien eso significa que la confusión tendrá un impacto relativamente menor en los mercados de metales, pone en duda la seguridad de los contratos de la LME.
“La medida es otro golpe para el mercado de metales industriales más antiguo y más grande del mundo, que contaba con un reinicio del comercio asiático para impulsar la liquidez en un contacto que ha estado luchando desde la crisis del níquel hace un año”, relata la nota.
Acota que la semana pasada LME publicó un “extraño comunicado” en el que informaba a los operadores que anulaba nueve contratos de níquel y mantenía suspendida otra semana más la operativa en horario asiático.
El gestor del mercado explicó que había encontrado «irregularidades» en el depósito de níquel físico, pero no detallaba, que se había producido un gran cambiazo por rocas comunes, solo alcanzaba a señalar que eran evidentes por la diferencia de peso, y apuntó a los almacenes donde se encuentra el activo físico, como responsable de registrar la mercancía dentro de las instalaciones.
Analistas señalan que el “gran problema” es reputacional, ya que la Bolsa de Metales de Londres hasta el año pasado era sinónimo de seguridad. “El cambiazo de piedras por níquel, aunque sea insignificante, es una punzada en el talón de Aquiles de LME”, aseguran.
El mercado de materias primas de Londres funciona y tiene la confianza de todos los inversores porque le avalan 146 años de historia, y porque nadie duda que detrás de los contratos que se negocian hay aluminio, cobre o níquel, en cualquier almacén aprobado como depósito por LME, remataron en la nota.