El gobernador del estado de Utah, en Estados Unidos (EEUU), Spencer Cox, promulgó dos leyes: una que exige una aprobación de los padres para que los menores usen redes sociales, y la otra prohíbe su uso para este grupo entre las 10:30 de la noche y las 6:30 de la mañana.
Pero eso no es todo, la nueva legislación abre la puerta a demandas a nombre de menores de edad, que aseguren que las redes sociales los perjudicaron.
La nueva norma también requiere que los padres tengan acceso a las cuentas de sus hijos, y esboza reglas para las personas que quieran presentar demandas sobre los daños, que según ellos, les causaron las plataformas.
De implementarse, en las demandas contra las compañías de redes sociales que involucren a niños menores de 16 años, las empresas como Meta y TikTok deberán demostrar que sus productos no fueron perjudiciales, y no al revés.
Según el texto, las leyes buscan evitar que las compañías tecnológicas atraigan a los niños a sus aplicaciones mediante funciones adictivas, además de tener anuncios que las promuevan.
“Se tiene previsto que las compañías interpongan demandas antes de que la ley entre en vigor en marzo de 2024”, comentan los medios locales.
Otros estados gobernados por republicanos, como Arkansas, Texas, Ohio y Luisiana, están elaborando propuestas parecidas, así como Nueva Jersey.
De hecho, California promulgó el año pasado una ley que obliga a las empresas tecnológicas a anteponer la seguridad de los niños, prohibiéndoles elaborar perfiles de menores o utilizar información personal de forma que pueda perjudicarlos física o mentalmente.
“A diferencia de los adultos, los niños, niñas y adolescentes de hoy son nativos digitales, lo que quiere decir que la mayoría de su identidad está construida en plataformas y sitios online, que repiten patrones agresivos traídos de la vida real”, aseguran especialistas.
Hay que recordar que gigantes tecnológicos como Facebook y Google han disfrutado de un crecimiento sin obstáculos legales durante más de una década, pero debido a recientes descubrimientos sobre la privacidad de los usuarios, el discurso de odio, la desinformación y los efectos nocivos en la salud mental de los adolescentes, los legisladores han empezado a tratar de controlar las redes sociales.