Un grupo de investigadores halló un nuevo descubrimiento: se trata de una proteína que puede frenar la metástasis en el cáncer de pulmón.
La proteína Sting, activa la inmunidad en el organismo y evita que el cáncer de pulmón cause metástasis. Este descubrimiento se desprende de una investigación dirigida por Joan Massagué publicada en la revista Nature y reseñada por la Vanguardia.
Desde que se anunció este descubrimiento, varias compañías farmacéuticas están usando esta proteína para desarrollar fármacos que actúan como Sting directamente.
Hasta ahora solo se han realizado ensayos clínicos en personas en las que las metástasis ya estaban progresando. Esta nueva investigación de Massagué indica que estos fármacos son más eficaces si se administraran antes, cuando las metástasis aún no se han manifestado.
El investigador catalán, director del Instituto Sloan Kettering de investigación oncológica en Nueva York, probó primero la estrategia en ratones con cáncer de pulmón. Los resultados de la investigación abren la vía a probarla también en personas.
Aunque los experimentos se han realizado solo en animales con adenocarcinoma de pulmón, asegura que la misma estrategia puede ser eficaz en otros tipos de cáncer.
“Hemos obtenido resultados similares en cáncer de mama triple negativo, el otro tipo tumor que hemos estudiado. Si vamos dos a cero, significa que este descubrimiento probablemente será importante en otros cánceres”, dijo el investigador.
Agrega que es habitual que queden células tumorales diseminadas en distintos órganos después de que una persona haya sido tratada de un cáncer y esté aparentemente curada.
Las mismas pueden permanecer durante años en estado quiescente, sin multiplicarse y sin ser detectadas por el sistema inmune. Si algún día se activan, lo cual no ocurre en todos los casos, es cuando crecen las metástasis, refiere el estudio.
Cómo se aplicaría
La estrategia consiste en eliminar estas células cuando están dormidas, en estado quiescente, para que ya nunca más puedan causar metástasis.
La intensión es que las células tumorales inhiben la proteína Sting cuando entran en estado quiescente y les permite esconderse del sistema inmune.
Esta proteína, cuyo nombre corresponde a las iniciales en inglés de estimuladora (ST) de genes (G) de interferones (IN), activa múltiples moléculas del sistema inmune, entre ellas algunos interferones.
Esto a su vez activa células inmunes como los linfocitos T y las células NK (del inglés Natural Killer, o Asesina Natural), que tienen capacidad de eliminar las células tumorales quiescentes.
Aunque es una buena noticia para el mundo de la ciencia, la aplicación de la proteína en humanos no seria inmediata, ya que la misma apenas tiene 10 años de descubierta.
