La multinacional estadounidense Johnson & Johnson (J&J) está analizando colocar una filial llamada LTL en bancarrota, para honrar las miles de demandas que afirman que sus productos de talco causan cáncer.
A través de una comunicación, J&J afirmó que esta decisión podrá «resolver de manera equitativa y eficiente todos los reclamos que surjan de los litigios por el talco cosmético”.
Para esto, la multinacional de productos farmacéuticos está dispuesta a desembolsillar hasta 8.900 millones de dólares para poner fin a este litigio.
Anteriormente, J&J realizó un intento similar al utilizar la protección del Capítulo 11 de bancarrota para resolver las demandas, pero en su momento fue rechazado por un tribunal de apelaciones alegando que la empresa no tenía problemas financieros.
La empresa acumula desde hace años miles de reclamaciones por este asunto, y aseguró que, de llegarse a aprobar este acuerdo, la cantidad se abonará en un plazo de 25 años para finalizar todas las demandas existentes y futuras en Estados Unidos y Canadá.
Según J&J, más de 60.000 demandantes han aceptado este acuerdo, pero debe ser aprobado por un juez de bancarrota. La multinacional sigue insistiendo en que todas estas reclamaciones no tienen base y que sus polvos de talco eran seguros.
“Sin embargo, resolver estos casos en el sistema de responsabilidad civil llevaría décadas e impondría costos significativos a LTL y al sistema”, informó el vicepresidente de litigación, Erik Hass.
A pesar de esto, ya J&J anunció en el 2022 que este año suspenderá la venta y comercialización de sus talcos para bebés en todo el mundo, dos años después de anunciarlo en Norteamérica.
Investigaciones independientes afirmaban que J&J sabía desde hace décadas que sus polvos de talco contenían una alta concentración de asbesto, un mineral con características parecidas al amianto, lo que puede causar efectos nocivos para la salud.
Los estudios determinaron que el uso de este talco causó el desarrollo de cáncer de ovario de las consumidoras, lo que ha llevado a la empresa a gastar millones de dólares en demandas y contrademandas.
