Una nueva tendencia ha llegado y es impulsada por los más jóvenes; lo curioso es que tiene que ver con la «no ingesta de alcohol», actividad que por décadas ha sido clave en fiestas y reuniones para dar un toque de energía al ambiente, y dar vida a los espacios sociales.
La «no ingesta de alcohol» ahora es promovida por un movimiento con mayor tendencia en los países anglosajones, que se autodenominan «sober curious»: los sobrios que hacen gala de su condición.
Tras esta tendencia han proliferado los espacios donde el alcohol es un producto proscrito, es decir, existen bares dedicados a bebidas imaginativas y fantasiosas sin una pizca de vodka o whisky, y clubes sociales abiertamente abstemios.
El objetivo de este movimiento es hacer de la sobriedad un atractivo, una tendencia aglutinante y que el «no beber» sea algo trendy.
Los Sober Curious lleva buscando posicionarse desde mediados del 2022, cuando Ruby Warrington, crítica cultural estadounidense, publicó un monográfico dedicado a la existencia de espaldas al alcohol.
En su libro, titulado Sober Curious, llama a dejar de beber y abrazar en su lugar el bienestar físico, la claridad de ideas y la certidumbre emocional que rodea a los abstemios.
Su impacto fue excepcional y cada día son más los jóvenes que defienden esta idea y se involucran como agentes de cambio, impulsadores y organizadores de grupos abstemios.
Cabe destacar, que los jóvenes de hoy consumen un 30% menos de bebidas alcohólicas que hace treinta años, y hoy un 20% de los jóvenes norteamericanos simplemente no prueban ni una gota de alcohol.
Los Sober Curious buscan sustituir el alcohol como pegamento social, e impulsar la idea de socializar y hacer amigos bebiendo batidos y cocktails soft, mientras mejoran la salud.
De momento este movimiento está ganando peso en EEUU. En la Europa mediterránea y en Latinoamérica donde el alcohol es una institución social sencillamente es otra historia.