John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, a través de una rueda de prensa, explicó que altos cargos de Estados Unidos se encuentran en contacto con algunos de los aliados más cercanos de Washington para profundizar las investigaciones sobre las recientes filtraciones de unos documentos secretos del Pentágono.
Este pronunciamiento busca tranquilizar a los aliados, que apuntan a que Washington podría haber espiado a algunos de sus socios como Corea del Sur, Ucrania e Israel.
El Gobierno de Joe Biden admitió que no han podido identificar la fuente de filtración: «No sabemos quién está detrás de esto, no sabemos cuál es el motivo», puntualizó Kirby.
El portavoz aseguró que el Presidente Biden se encuentra recibiendo actualizaciones e información sobre dichas filtraciones «cada vez que hay un nuevo desarrollo».
La filtración está siendo investigada por el Departamento de Justicia, quienes evalúan informes secretos de inteligencia.
Según medios estadounidenses, los documentos detallan los planes de Estados Unidos y la Otán para reforzar la ofensiva de Ucrania en la guerra contra Rusia.
Por su parte, Chris Meagher, portavoz del Pentágono, aseguró que la filtración representa un riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos y puede potencialmente alimentar campañas de desinformación, ya que algunos de los documentos han sido manipulados.
Hasta ahora la Casa Blanca, el Pengátono y el Departamento de Estado no han dado mayor explicación sobre qué aliados han estado en contacto con Estados Unidos en los últimos días.
Según reseña de EFE, esta nueva filtración podría ser la más grave desde 2013, cuando el exanalista Edward Snowden expuso el alcance de los programas de espionaje masivo que Estados Unidos puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Cabe destacar que las reacciones tras la filtración se intensifican enfrentando aún más a Ucrania con Rusia, además de exponer vulnerabilidades y debates en el seno de países aliados de Estados Unidos.
Por su parte Israel, se ha visto también aludido tras la revelación del supuesto papel del servicio de espionaje exterior, como motor de las protestas contra la reforma judicial del gobierno de Benjamín Netanyahu.
Los analistas de defensa aseguran que las relaciones de Estados Unidos e Israel atraviesan desde hace semanas uno de sus momentos más tensos. Mientras que las filtraciones favorecen el relato y la propaganda de Moscú al demostrarse hasta qué punto la inteligencia estadounidense ha logrado penetrar en el aparato militar ruso.